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González cree que no es normal regalar joyas con cargo a fondos reservados

Felipe González dio ayer dos razones para no haber disuelto las Cortes después de su derrota parlamentaria del miércoles y esperar cinco meses para celebrar elecciones: agotar el semestre de presidencia española de la Unión Europea, y su deseo de sacar adelante el nuevo Código Penal. De no ser por estos factores, el jefe del Ejecutivo admitió que estaría justificado convocar las legislativas antes de marzo de 1996. El presidente del Gobierno opinó también que no era normal utilizar los fondos reservados para comprar joyas o regalos.

, El jefe del Gobierno concluyó ayer su visita oficial a la capital tunecina ofreciendo, poco antes de su salida, una rueda de prensa en solitario en su hotel. A pesar del trajín viajero al que ha estado sometido estas dos últimas semanas -visitó Bariloche (Argentina), Brasilia, Nueva York y ahora Túnez- González estaba relajado y no parecía afectado por el revolcón sufrido en el Congreso tras el rechazo de los Presupuestos Generales del Estado."En democracia hay que aceptar con buen talante que se pueda perder en el Parlamento una votación incluso tan importante", afirmó de entrada. "Si no hubiese ya la perspectiva de elecciones en marzo, el compromiso con la Unión Europea y con el Código Penal, resultaría lógico un mayor adelanto electoral" del previsto. "Mi intención no es gobernar en minoría", añadió. "Podríamos intentarlo pero no me parece oportuno".

Hoy, el Consejo de Ministros, explicó a continuación González, "tomará algunos acuerdos para orientar" mediante un decreto-ley los Presupuestos para 1996. El Ejecutivo se propone alcanzar un triple objetivo: cumplir los requisitos de déficit para situar a España en el pelotón de países que accedan primero a la moneda única, aumentar las pensiones en función del índice de Precios al Consumo (IPC), e incrementar las retribuciones de los funcionarios.

González no se privó de resaltar la contradicción en la que caen, según él, "las fuerzas políticas de izquierda o de derechas que quieren estas iniciativas (del Gobierno) para garantizar lo mismo que han hecho imposible en la votación" del miércoles. "Si no se oponen todas ellas, las medidas del Gobierno saldrán adelante", añadió.

El presidente echó un capote a su ministro del Interior de los años ochenta, José Barrionuevo, pero no así a su sucesor en el cargo, José Luis Corcuera, ni al ex secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, ni al ex director de seguridad del Estado, Julián Sancristóbal. La juez María Jesús Coronado ha inculpado a los tres por malversación por hacer regalos con cargo a los fondos reservados.

Sobre este asunto, González dio una doble respuesta. Recalcó primero que no quería hacer comentarios sobre un procedimiento judicial en curso porque era respetuoso con la actuación del tercer poder. Ahora bien, si la pregunta le era formulada al margen de la instrucción judicial podía entonces contestar de otra manera: "No me parece normal" hacer regalos de esa índole con cargo a los fondos reservados.

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A Barrionuevo, en cambio, González le aconsejó públicamente "paciencia y firmeza" a pesar de que la sala correspondiente del Tribunal Supremo haya decidido pedir al Congreso el levantamiento de su inmunidad parlamentaria. "Creo que hay que seguir presumiendo la inocencia de José Barrionuevo y no sacar consecuencias previas de la petición de un suplicatorio cuya intención es, por ahora, que preste declaración" ante la Justicia, dijo González.

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