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El ex ministro se declara "responsable único"

Anabel Díez

El ex ministro del Interior José Barrionuevo está persuadido de que algunas personas, que no los jueces, han puesto en marcha un "auto de fe" y en la hoguera él ya tiene un sitio, y en nada, piensa, mejorará su situación si va acompañado de algunos más. De esta manera Barrionuevo quiso afirmar ayer qué toda la responsabilidad de la lucha antiterrorista entre 1983 y 1988 es suya, por lo que de sus labios no se escuchará una acusación ni a subordinado, ni a igual, ni a superior de él. El anuncio de la inminente llegada al Congreso del suplicatorio llevó a Barrionuevo a la Cámara para reiterar ante los periodistas que nunca actuó en contra de la ley.De manera indirecta el ex ministro del Interior aludió a lo que los socialistas llaman trama o conspiración. Algunas personas -"hablo en términos políticos y en nada me refiero a los señores magistrados"- han hecho un auto de fe, dijo. "Sé que en esa hoguera yo ya tengo un sitio por quienes lo han decidido políticamente, y no va a mejorar en nada mi suerte que haya otros conmigo en la hoguera; conténtense con uno", afirmó. Momentos antes había dejado claro ya dónde se sitúa él: "Soy el responsable único de la lucha antiterrorista entre diciembre de 1982 y junio de 1988".

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En tono mesurado y con evidente tristeza, Barrionuevo evitó entrar en el fondo de la cuestión por la que el Tribunal Supremo va a tramitar su suplicatorio. Se limitó a reiterar aquéllo de que nunca ordenó, autorizó ni consintió hecho iIegal alguno. Se le recordó que subordinados suyos y alguna otra persona han declarado que él ordenó, autorizó y consintió. Tragó saliva, bajó los ojos y tras unos segundos respondió: "Lo que dicen mis compañeros afecta a lo más profundo de mis sentimientos, por lo que me van a permitir que no responda a tales cuestiones".

De aquí a que el pleno del Congreso vote a puerta cerrada y con carácter secreto el suplicatorio de Barrionuevo va a haber sin duda especulaciones de todo tipo. De momento no hay manera de que el propio ex mi nistro diga en. alto si quiere o no que los parlamentarios voten a favor o en contra. Se aferra al reglamento del Congreso, que permite a los diputados, algo bastante excepcional, que los suplicatorios necesariamente se voten de manera anónima y secreta y, por tanto, cada cual actúe según su conciencia. "No voy a tratar de influir sobre ningún diputado; no tengo autoridad ni me siento con ella para decir a los compañeros socialistas y a los de otros grupos qué tienen que votar".

En la misma línea de Barrionuevo insistió momentos después el presidente del Grupo Parlamentario Socialista, Joaquín Almunia. "El grupo respeta la naturaleza secreta del voto y no va a impartir ninguna orientación". Almunia se mostró convencido de que se demostrará la absoluta ausencia de culpabilidad de Barrionuevo" y destacó que al ex ministro hay que agradecerle sus "enormes servicios" a España.

En el Senado, el actual ministro del Interior, Juan Alberto Belloch, fue mucho más claro. Si él fuera Barrionuevo, dijo, le pediría a sus compañeros que votaran a favor del suplicatorio.

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En opinión del titular de Justicia e Interior, el suplicatorio permitiría a Barrionuevo ejercer sus derechos constitucionales. La concesión o no del suplicatorio, dijo, no es un problema de apoyo al ex ministro, sino que lo importante es que Barrionuevo "tiene los mismos derechos constitucionales que cualquier otro ciudadano. Y para poder ejercerlos, la forma más adecuada es que se conceda el suplicatorio".

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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