Los países mediterráneos aceptan el libre comercio con la Unión Europea
XAVIER VIDAL-FOLCHLos países de la cuenca sur mediterránea asumieron ayer el principal objetivo económico de la Conferencia de Barcelona (27 y 28 de noviembre). Aceptaron constituir progresivamente una zona de libre cambio con la Unión Europea (UE) que culminaría en el año 2010. La presencia de la Unión del Magreb Árabe (UMA) será la fórmula para solventar la ausencia de Libia. Rusia, Estados Unidos y los países de la Europa Central y del Este seguramente estarán también presentes, como invitados sin voz ni voto.
El objetivo de la zona de libre cambio es el gran envite económico de la Conferencia de Barcelona. Los países del Norte de África lo asumieron explícitamente ayer, aunque con salvedades: que tenga en cuenta las especificidades y grado de desarrollo de cada uno. Algunos, como Argelia, pero también Túnez, propugnaron incorporar al texto de conclusiones -que se está preparando en reuniones técnicas- la ayuda de la UE a resolver el problema de su deuda. Fuera de la reunión, el embajador argelino pedía una financiación europea adicional a la aprobada por los Quince en la cumbre de Cannes -750.000 millones de pesetas en los próximos cinco años- porque "es imprescindible si se quiere llegar a una zona de prosperidad común".
La otra cuestión polémica fue el mecanismo de seguimiento de la Conferencia Euromediterránea de Barcelona, para que vaya más allá de las declaraciones solemnes. El documento que contiene el programa de trabajo postconferencia se consideró insuficiente.
Terrorismo
Aparte de las cuestiones económicas y organizativas, el embajador sirio reiteró su enmienda política al apartado que versa sobre terrorismo: propugna que se diferencie esta actividad de la simple lucha por la autodeterminación palestina, incluso violenta. Fuera de la reunión dijo que si no se resuelve este asunto, Siria no acudirá a Barcelona. También fuera -algunos son más locuaces ante la prensa que ante sus colegas- otros representantes árabes volvieron a exigir que Israel firme el Tratado de no Proliferación Nuclear.
Mientras tanto, la presidencia española sigue trabajando en la espinosa cuestión de los invitados. Inmune a las acusaciones de Gaddafi (la Conferencia de Barcelona es "una traición y un compló", opinó el martes desde Libia), España propondrá el lunes a los Quince "una fórmula para solventar no la presencia de Libia, sino su ausencia", según fuentes diplomáticas.
En suma: se pretende: invitar, sin voz no voto, a la Unión del Magreb Árabe (UMA), que agrupa a Libia. Así se lograría que no estuviese ausente sin estar presente, pues el presidente de la UMA es argelino y el secretario general, tunecino. También se acabaría invitando a estar presentes, con representaciones de bajo nivel, a EE UU, Rusia y los países de la Europa Central y del Este. El ministro de Exteriores, Javier Solana, propondrá oficialmente el lunes a sus colegas las representaciones invitadas.
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