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Los 'sabios' alemanes creen necesario el rigor presupuestario para la UEM

El informe de otoño de los seis institutos de investigación económica más destacados de Alemania, presentado ayer en Bonn, contenía la sorprendente propuesta de que el déficit y el endeudamiento público, que figuran entre los criterios de convergencia exigidos por el Tratado de Maastricht, no deben ser tenidos en cuenta al considerar qué países deben formar la. unión económica y monetaria (UEM). El ministro de Hacienda, el socialcristiano Theo Waigel, se apresuró a rechazar "de forma estricta" esta propuesta.

Al mismo tiempo, los institutos anticipan para Alemania un crecimiento del 2,5% del producto interior bruto (PIB) en, 1996, que resultará insuficiente para bajar de forma apreciable el paró, que se mantendrá en tomó a la tasa actual: por encima del 9%. La inflación se prevé quede en el 2%.Para el llamado grupo de sabios, ni el déficit, ni el endeudamiento, exigidos por Maastricht, "son una buena referencia sobre la solidez presente o futura de la política firíanciera". Argumentan que algunos países, que han reducido la deuda de forma considerable, pueden no cumplir todavía los límites de Maastricht y en otros casos ese endeudamiento puede ser consecuencia de Políticas erradas anteriores.

Efecto disciplinario

Consideran que el grupo de países que cumplirán de forma estricta los criterios al comienzo de la UEM será muy pequeño. Por eso recomiendan el retraso de la puesta en marcha de la moneda común. En caso contrario habría vanos problemas, porque podría reducirse el efecto disciplinario de los criterios de convergencia: "para algunos países, la entrada en. la unión monetaria encarna precisamente la oportunidad, gracias a la presión exterior, de conseguir en el interior la disciplina finaciera y salarial que no se conseguirían de otra forma".

Los institutos destacan la importancia de que los países de la Unión Europea consigan implantar tipos de cambios fijos en el sistema monetario europeo y que no se modifiquen en dos años. "Para mantener efectiva mente estables los tipos de cambio, se necesita el compromiso obligatorio de los países participantes de seguir una política monetaria unitaria. Parte de ésta será, en caso de presión sobre una de las monedas, que no re sulte de una política monetaria equivocada, que los bancos centrales se vean obligados a defender el tipo de cambio". El ministro Waigel replicó a los institutos con un rechazo categórico a cualquier modifica ción de los criterios de convergencia: "Los ciudadanos tienen que tener la confianza de que la unión monetaria se basa desde un principio en la solidez de las finazas públicas. La fiable y clara seguridad en la disciplina presupuestaria es irrenunciable, sobre todo en la última fase de la unión económica y monetaria". Sin dejar el menor resquicio a la duda, Waigel afirma: "El Gobierno alemán se mantendrá ante la de cisión del Consejo Europeo por una estricta interpretación y observancia de todos los criterios de convergencia y propondrá además un acuerdo complementario de estabilidad para el tercer nivel de la unión económica y monetaria".

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