La geometría de Mondrian ilumina el MOMA de Nueva York
El museo muestra la primera retrospectiva del pintor en 20 años
Piet Mondrian llegó a Manhattan en 1940 Cuando tenía 68 años. Quedó absorto de inmediato ante los vaivenes irreales de la ciudad, de su música , de la improvisación en el jazz. Pocas veces se ha representado tan vivamente el espíritu de una ciudad, y el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) corresponde ahora al artista holandés con la exposición Ritmo en el abstracto, la primera gran retrospectiva de Mondrian en más de veinte años. La muestra, con 160 pinturas y dibujos, permanecerá abierta hasta el 23 de enero.
Pese a la fama, de pintor impenetrable y frío (rasgos de la tradición de su estricta familia calvinista), Piet Mondrían está considerado como un creador completo capaz de transmitir las más intensas emociones estéticas. Y la exposición del MOMA no hace sino corroborarlo. Como consideran los responsables del montaje, "del pequeño número de artistas que fueron pioneros de la pura abstracción en las décadas tempranas de este siglo, ninguno persistió en su búsqueda con mayor consistencia, autoridad o determinación".El MOMA ha tenido la buena idea de reproducir, ya que fue demolido, el último estudio que Mondriari tuvo en Nueva York, ciudad en la que murió en 1944 (había nacido en 1872 en Amersfoort, Holanda). "Era como pasear por uno de sus cuadros", dijo en aquella época el pintor Willem de Kooning ante el espacio abstracto con pequeños paneles intercambiables, en las paredes, de colores azules, rojos y amarillos. Mondriain, en su estudio, trató de que su arte se convirtiera en un ambiente ascético. Se cuenta que, a su muerte, fue abierta una puerta blanca semisecreta con un cuartito lleno de revistas (alguna pornográfica), calendarios y música de jazz._
Tanto por mérito de los organizadores como por el rigor y coherencia de la obra de Mondrian, la exposición sigue de una manera luminosa su evolución artística. Empezando. con sus primeros paisajes en la ribera del río Gein, a las afueras de Amsterdam, y siguiendo con su periodo modernista (1908-1911), cuando Mondrian se interesó en la teosofía, doctrina ocultista que mezcla elementos de las religiones occidentales y orientales en busca de una fraternidad universal. Esta corriente sostenía que las formas geométricas pueden simbolizar diferentes estadios de la evolución espiritual, y su sistema visual de signos atrajo brevemente a Mondrian.
Después, llegaría el periodo cubista, con el impacto de Cézanne primero y del cubismo pionero de Picasso y Braque. "Mondrian desciende de los cubistas, pero no los imita. Su personalidad permanece enteramente en sí mismo" escribió Apollinaire en 1913. Entre 1914 y 1917, Mondrian seguiría su camino hacia la abstracción pura y, trasformar parte del grupo de artistas, arquitectos y diseñadores holandeses De Stijil (El Estilo), inventó en 1920 el término que define su trabajo: neoplasticismo (Su propia traducción del término holandés neoestructuración).
Las 166 piezas de, la expsición Ritmo en el abstracto revelan la evolución de Mondrian en su intento desesperado de encontrar un orden esencial, un equilibrio dinámico. Y los responsables de la muestra destacan la lucha que Móndrián sostuvo para corregir la idea de que su obra estaba basada en el simple cálculo geométrico. Su acercamiento respondía más a un proceso intuitivo, y en su último óleo inacabado, Victory boogie woogie, con el que sé cierra la exposición neoyorquina, se ve que los colores y las franjas quedaron a medio hacer en un laborioso y humanisimo trabajo manual.
Babelia
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