_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El agua: cantidad y calidad

A menudo se dice que sin agua no existe la vida, y la UE ha asignado siempre una importancia enorme a la preservación de la calidad de los recursos en agua de la Unión. Desde el inicio de la política ambiental de las Comunidades Europeas, a inicios de los años setenta, se ha desarrollado un cuerpo importante de legislación que se aplica en la UE. Hay directivas que fijan objetivos de calidad para usos específicos tales como aguas de baño, aguas para cría de mariscos, aguas aptas para la vida de los peces y agua potable. Hay otra serie de directivas que establecen normas sobre emisiones de agentes contaminantes al medio ambiente acuático de la Comunidad.Con este fin he presentado un documento de discusión al ministro en el que se establece lo que considero que son los problemas principales en el sector del agua. Es este documento personal el que se discutirá en la reunión de ministros en Sevilla. Habida cuenta de los comentarios de los ministros, yo y mis servicios podremos volver a Bruselas y elaborar un documento que establezca lo que la Comisión considera como las principales directrices de la política del agua de la UE hasta más allá del próximo milenio. Mi documento de discusión apunta hacia dos problemas principales. El primero es la interacción entre el planteamiento de las normas de calidad y el planteamiento de los valores límite de emisión, y el segundo, vital para la península Ibérica, es el vínculo entre la cantidad y la calidad del agua.

La legislación comunitaria se ha ocupado hasta ahora sólo del tema de la calidad del agua. Para mí es cada vez más evidente que ninguna política de calidad del agua puede ser acertada sin abordar a la vez la cantidad. Por ejemplo, el efecto de emisiones en un río dependerá del caudal del río. Si el caudal del río es bajo, el efecto de la emisión será mucho más alto. Por otra parte, la disponibilidad de distintas cantidades de agua para diversos usos, tales como consumo humano e irrigación, depende fundamentalmente de la calidad del recurso básico, el agua. En ninguna parte es más evidente que en Portugal y en el sur de España. Se pone de relieve este vínculo entre la cantidad y la calidad del agua de manera alarmante cuando uno compara la situación de escasez crónica de agua que existe en ciertas regiones de la Comunidad, en especial en el sur de España, con las inundaciones que ocurrieron el invierno pasado en Alemania, los Países Bajos y Bélgica. Esto sugiere que las cuestiones de gestión de la cantidad pueden y deben abordarse a nivel de la Unión.

En mi documento propongo que éstas y otras cuestiones se aborden en una directiva marco del agua como recurso. Esta directiva se aplicaría a las aguas superficiales y subterráneas. El marco que propongo reflejaría una serie de principios sobre los que la legislación comunitaria debería basarse. Estos principios se basarían sobré principios tales como "quien contamina paga" y el principio de que el daño sea rectificado en la fuente misma, contenidos en el Tratado. Son la base de toda política existente del agua y serán la base para cualquier política futura.

Por supuesto, no considero estas ideas como algo inamovible y estoy particularmente impaciente por conocer los puntos de vista de mis compañeros ministros. Sin embargo, estoy convencida de una cosa. Quiero una política de aguas que sea dura cuando sea necesario, pero que tenga la suficiente flexibilidad para evitar requisitos inadecuados cuando no sean necesarios. No estoy dispuesta a abandonar una política que ha demostrado so bradamente su eficacia. Ese es mi compromiso con los ciudadanos de Europa. La reunión de ministros de Sevilla es el primer paso hacia una nueva política para el próximo milenio.

Ritt Bjerregaard es comisaria de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear de la Unión Europea.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_