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Europa consigue reunir el dinero para participar en la estación espacial 'Alfa'

España limita al 2% su contribución al programa mundial

A falta de detalles de índole menor, los ministros de los 15 países miembros de la Agencia Europea del Espacio (ESA) alcanzaron ayer un acuerdo político y económico sobre la participación europea en la estación Alfa, el primer programa espacial de alcance mundial. El regateo presidió la sesión de ayer y la ESA tuvo finalmente que recurrir a hacer un préstamo a Italia para que ésta mantuviera su compromiso de participar con un 19% en la Alfa. Alemania, con un 41% y Francia con un 28% son los mayores contribuyentes. La aportación española será de un 2% (4.800 millones de pesetas) entre 1996 y 2000.

El ministro español de Industria, Juan Manuel Eguiagaray, confirmó, además, que en los programas de mejora del nuevo cohete Ariane 5; el otro gran proyecto que se ha discutido en Toulouse, España, participará con sólo un 1%, inferior al 3% que mantiene en la versión actual del lanzador europeo. Según Eguiagaray, esto se debe a que la siguiente fase del Ariane 5 no interesa tanto a España en los planos tecnológico e industrial.El ministro belga y presidente del consejo de la ESA, Yves Ylieff, se mostró ayer eufórico: "La Europa espacial está nuevamente en órbita".. Jean Marie Luton, director general de la ESA, mantuvo su tónica habitual de no dar cifras concretas e incluso negó los rumores, luego confirmados por él mismo, de reducción del presupeusto de los programas científicos de la ESA.

Este programa, una de las joyas de la agencia, tendrá una reducción del 3% anual, aunque con el argumento de que la reducción se revisará a la baja si la inflación supera este porcentaje.

En este marco de austeridad se ha dado el pistoletazo de salida, para la contribución europea a la Alfa, cuyos elementos nuevos serán el laboratorio Columbus y el vehículo de transporte ATV. En el proyecto participan EE UU, Japón, Canadá y Rusia. Tras seis años de indecisión, los europeos se incorporan definitivamente al proyecto con prisas porque los primeros elementos de la estación se lanzarán al espacio en 1997. Alemania y Francia llevarán el peso financiero de esta contribución europea, con 600 y 400 millones de unidades de cuenta, MAU, (una unidad de cuenta equivale 161 pesetas). Italia, con grandes dificultades y a cambio de conseguir mayor número de contratos para mejorar su maltrecho retorno industrial se ha comprometido, a llegar hasta los 250 MAU, pero con el citado préstamo de 150 MAU.

Puestos a rascar dinero de donde pueden, y decididos a conseguir la estabilidad financiera, los ministros han pedido mejoras en la gestión de la ESA y cambios en los mecanismos de cálculo financiero y de los retornos en forma de contratos industriales para cada país.

Ya han aprobado la adopción de la moneda europea, el ecu, tras un periodo transitorio de tres años y el estudio de la revisión de los baremos por los que se fija la contribución obligatoria (actualmente en función del PIB). Pero se mantendrá la regla del retorno geográfico (cada país recibe en contratos el equivalente a su contribución) a pesar de algunos intentos por pasar a un marco de libre competencia.

Protesta cientifica

Francois Fillon, ministro francés, resumió así la necesidad de Europa de participar en la Alfa: "Este proceso de aprendizaje será indispensable para alcanzar a largo plazo la exploración tripulada y, sin duda, la presencia humana en la Luna y en otros planetas. Europa no puede dejar' de dar el primer paso y quedarse fuera de este aprendizaje conjunto, a pesar de las dudas legítimas sobre el valor púramente científico de la estación a corto plazo". Los científicos franceses se han manifestado en contra de que su país aumente su participación en la Alfa porque va a suponer recortes en los fondos dedicados a los proyectos espaciales nacionales y para ellos la Alfa presenta poco interés científico.Fillon también defendió que Europa no pague nada en metálico por el uso de la estación, sino en especies a través de los elementos que aporte y sobre todo la utilización del Ariane 5 para el transporte. El ATV, que sería lanzado por este cohete europeo es un vehículo no tripulado. Otra contribución futura de Europa sería un vehículo tripulado de transporte y socorro, el CTV, a cuyo programa de viabilidad se ha dado luz verde en Touluse. El ATV y el CTV representarán la versión moderna de los fiables cohetes Progress y Soyuz rusos. El Reino Unido, por su parte, se sigue manteniendo apartado de estos programas tripuladoz y también ha pedido recortes en los programas obligatorios.

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