Estrechez sin miseria

Los éxitos políticos y militares de Franjo Tudjman y la creciente presencia de productos de consumo y entretenimiento occidentales hacen soportable a la mayoría de los croatas las pérdidas en materia de protección social y la desproporción entre unos salarios modestos -ganar más de 100.000 pesetas al mes es una hazaña y un coste de la vida que se va poniendo a nivel europeo.Los croatas viven en la estrechez, pero muy lejos de la miseria. Su porcentaje de paro es, oficialmente, del 12%, y la inflación está por debajo del 5% desde que, el pasado año, se estableciera como, divisa la kuna y se la vinculara al marco alemán. Pese a la pérdida temporal de la otrora principal fuente de divisas, el turismo en la costa dálmata; al hecho de que todavía no estén lloviendo las inversiones extranjeras; al mantenimiento de un Ejército Poderoso, y la dedicación del 7% del presupuesto del Estado a la atención a unos 400.000 refugiados, Croacia, que ya era junto con Eslavonia el más próspero de la antigua Yugoslavia, camina sin excesivos traumas hacia la economía de mercado.

Ya, han sido privatizadas la mitad de las empresas públicas como era de esperar, las más rentables; quedan aquellas cuya reconversión supondrá un mayor coste social- y el Gobierno aplica una rigurosa política monetária y presupuestaria.