KIO pregunta a De la Rosa qué hizo con 30.000 millones de pesetas de Torras

Los abogados del grupo Torras KIO preguntaron ayer a Javier de la Rosa sobre el destino qué dio a 300 millones de dólares, (unos 30.000 millones de pesetas de 1990) procedentes del grupo y repartidos en diversas operaciones. De la Rosa declaró en el juzgado de primera instancia número 12 de Barcelona en relación con una demanda presentada por él mismo contra el grupo Torras por otros 50.000 millones. En esta demanda civil, que no tiene ninguna relación con la que el grupo árabe presentó contra De la Rosa en Londres, el ex vicepresidente de Torras pretende que el grupo árabe acepte ser el propietario de las acciones de Torras que poseen las sociedades Mira y Folma. Según De la Rosa, las acciones fueron adquiridas por estas sociedades, controladas por él, a título de fiducia, es decir en nombre y beneficio de Torras. Para poder efectuar la compra, De la Rosa que en la época de los hechos era el primer ejecutivo de Torras, concedió a Mira y Folma créditos de 50.000 millones. Cuando estalló, la crisis de Torras, los nuevos responsables no encontraron ningún documento que demostrase que esas acciones eran suyas y no de De la Rosa, quien durante muchos meses utilizó esas acciones para alardear de su condición de socio de KIO, rechazando la idea de que fuera un simple ejecutivo del grupo.La demanda, que De la Rosa presentó en 1993, intentaba evitar que los nuevos gestores de Torras reclamaran a De la Rosa y sus socios la devolución del mencionado crédito. Los abogados de Torras, por- su parte, aprovecharon la declaración de De la Rosa para intentar desmontar su argumento de que KIO conocía el destino del dinero desaparecido de Torras, motivo por el cual se lo preguntaban a De la Rosa, a su juicio el principal responsable de el desastre del grupo empresarial.

Tras concluir su declaración, De la Rosa declaró que "lo único que intentamos con esta demanda es que se paguen a Torras los 50.000 millones y que pueda levantar la suspensión de pagos y pagar a todos los acreedores y nada más". Sin embargo, la reclamación no implica ningún movimiento de dinero, pues si el grupo Torras aceptara ser la propietaria de las acciones y las recomprara, no tendría, más que ejecutar los créditos.