El Gobierno prevé ahorrar 120.000 millones de pesetas en el pago de la deuda en 1995
La mejora del mercado español de deuda, en sintonía con el resto de Europa, y la consiguiente caída de las rentabilidades de los activos públicos pueden permitir al Estado un ahorro de 120.000 millones de pesetas al final de año sobre los gastos financierosextrapresupuestados el pasado mes de enero,cuando la caída del dólar y la crisis de México desataron una tormenta monetaria en Europa. Así, del ajuste presupuestario de 150.000 millones que se aprobó en ese mes para hacer frente al encarecimiento del coste de la deuda que estaban registrando los países europeos de mayor riesgo, como España, el Gobierno calcula, en su previsión de liquidación, que sólo se necesitará 31.000 millones. Una previsión que, no obstante, se puede ver modificada al alza o a la baja, dependiendo de la evolución de aquí a final de año de los mercados financieros. El posible ahorro, en cualquier caso, iría "directamente destinado a reducir el déficit público, lo que acerca aún más el objetivo del Gobierno de reducir este desequilibrio al 5,9% del producto interior bruto (PIB)", señalaron ayer fuentes del Ministerio de Economía.
El Gobierno decidió, nada más empezar el año fiscal, la no disponibilidad de 150.000 millones de pesetas ya presupuestados y repartidos para hacer frente a un posible aumento de la carga financiera. Entonces, la fuerte subida de las rentabilidades a largo plazo -en España llegaron a rozar el 12% frente al 10,87% de ayer mismo- obligó al Tesoro a modificar su estrategia de financiación. Optó por las emisiones a más corto plazo -letras a tres y seis meses- y por reducir al mínimo el peso de la financiación en el largo plazo, que le obliga a competir en sus emisiones con la rentabilidad que se negocia en el mercado secundario de deuda. El previsible coste, entonces, al acumularse los vencimientos de los activos a corto plazo, debía ser mayor de lo presupuestado originalmente (2,962 billones).
En la previsión de liquidación, sin embargo, se espera que los gastos financieros sean finalmente 2,993 billones gracias a la mejora de los mercados. Y es que desde verano la apreciación del dólar y los buenos datos de inflación en Europa han facilitado él regreso de los inversores extranjeros a los mercados europeos más vulnerables, como el español, el italiano o el sueco, lo que ha permitido reducir la presión sobre los tipos de interés a largo plazo.
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