Jiménez Villarejo, nombrado fiscal anticorrupción

El Consejo de Ministros decidió ayer nombrar a Carlos Jiménez Villarejo fiscal jefe de la recién creada Fiscalía Especial para la Represión de los Delitos Económicos Relacionados con la Corrupción, cargo conocido como fiscal anticorrupción. Jiménez Villarejo fue propuesto para el cargo por el fiscal general del Estado, Carlos Granados, única autoridad con capacidad de propuesta al Gobierno para este puesto. El ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, ha recibido el respaldo de todo el Gobierno para aceptar este nombramiento.

En el ámbito de la fiscalía, este nombramiento ha venido precedido de cierta polémica, ya que el Consejo Fiscal dividió su voto entre Carlos Jiménez Villarejo y Juan Ortiz Úrculo. En esta votación, este último obtuvo seis votos, frente a cuatro de Jiménez Villarejo. No obstante, la votación hubiera quedado en empate si hubieran participado en la misma el propio Jiménez Villarejo y el fiscal general del Estado, Carlos Granados.

Fuentes cercanas a Granados aseguran que éste hubiera propuesto a Jiménez Villarejo aunque hubiera tenido un solo voto. En todo caso, en el ámbito de los fiscales, tanto Ortiz Úrculo, de tendencia conservadora, como Jiménez Villarejo, de adscripción progresista, gozan de un sólido prestigio profesional.

Caso de Banca Catalana

Jiménez Villarejo, actualmente fiscal jefe de la Audiencia Territorial de Barcelona, no goza de simpatía política en el nacionalismo catalán y singularmente en el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, después de su intervención en el caso de Banca Catalana. Este fiscal se ha distinguido por su persecución de la corrupción económica.El nombre de Jiménez Villarejo ha servido de arma arrojadiza entre partidos. La demora de este nombramiento por unas semanas se interpreta como que el Gobierno quería esperar a saber si Convergéncia i Unió (CiU) iba o no a apoyar los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año, por lo que no quería añadir más motivos de enfado.

En fuentes socialistas, sin embargo, se rechaza la adscripción del fiscal anticorrupción a sus filas. Por el contrarío, se resalta su independencia a toda prueba, por lo que siempre será una persona incómoda para cualquier Gobierno, sea del signo que sea.