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En busca de la credibilidad perdida

La imagen de O. J. Simpson, que podría haberse recuperado unos milímetros, se encuentra ahora, una semana después de ser declarado inocente del asesinato de su ex mujer y un amigo de ésta, por los suelos. Que O. J. Simpson tiene algo que ocultar no es ya una opinión aislada o a media voz, sino el consenso de fiscales, analistas legales, periodistas y líderes de organizaciones cívicas en todo el país, derivada de su desastrosa iniciativa de conceder una entrevista a la cadena televisiva NBC y su aún más desastrosa decisión de cancelarla a las 24 horas.La directora de Orizanización Nacional de Mujeres (NOW), en Los Ángeles, un grupo que tenía piquetes para recibir a Simpson a la entrada de la NBC, dijo que "esto es una señal de lo cobarde que es, y ciertamente no es señal de una persona inocente".

La palabra "desastre" apareció ayer repetidamente en las crónicas sobre la maniobra de Simpson. Según el diario The New York Post, la idea de someter al ex atleta a una entrevista televisiva provino de Robert Kardashian, quizá el más inquietante de su equipo de abogados. Cuando Johnnie Cochran, el principal artífice de la, absolución del ex futbolista, se enteró de esta idea,sometió a éste a una entrevista de preparación y concluyó que jamás saldría airoso de la comparecencia ante las cámaras.

La llamada, no anunciada, de Simpson a The New York Times para hablar, no puede interpretarse sino como un intento desesperado de salvar la cara pero sin darla, ofreciendo unas declaraciones vacías, e hirientes en algunos casos, como cuando se refiere a los lujosos coches y viviendas que siguen formando parte de su capital. Como repitió Gil Garcetti, el fiscal de Los Ángeles, "si Simpson tiene algo que decir, debería haberlo dicho en el juicio". Simpson no declaró en todo el proceso, que ha durado más de un año.

Aunque parezca un total absurdo jurídico, Simpson tiene pendiente demandas civiles por daños y perjuicios interpuestas por las familias de las víctimas. En este tipo de proceso legal, su culpabilidad puede ser demostrada con un margen de certeza menor que el requerido en el juicio del que ha sido absuelto.

John Q. Kelly, el abogado de la familia de Nicole Brown, la ex mujer de Simpson, dijo ayer a The New York Times: "Si hubiera sido sincero y honrado al responder a las preguntas [que le iban a hacer en televisión], y realmente no tuviera nada que ver con estos crímenes, no debería tener nada que ocultar ni nada porque preocuparse".

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