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La Audiencia estudia un recurso por supuestos malos tratos a dos detenidos en la comisaría de Aranjuez

La Audiencia de Madrid celebró ayer un juicio para dilucidar si los hermanos Rafael y Moisés Pérez Chozas fueron apaleados por seis policías -cuatro del Cuerpo Nacional de Policía y dos locales- de Aranjuez tras ser detenidos el 14 de mayo, de 1991 por hurtar varios frascos de colonia en una tienda.Ambos hermanos permanecieron encarcelados 13 meses por orden del Juzgado de Instrucción número 1 de Aranjuez (39.000 habitantes). Rafael y Moisés afirman que, tras la detención, fueron agredidos salvajemente por los agentes. Sin embargo, el fiscal que se hizo cargo del asunto entendió que habían sido ellos los agresores, y les pidió una condena de global de 5 años de cárcel: 12 para Moisés por delitos de robo y atentado a la autoridad y 13 para su hermano, a quien le sumó un tercer delito de resistencia a la detención.

El Juzgado número 20 de Madrid, cuya titular es Carmen Neira, celebró el juicio. Nada más ver las diligencias les puso en libertad y juzgó desproporcionado haberles tenido 13 meses presos por un hurto. Neira les impuso 29 días de arresto por el hurto, pero les absolvió de los delitos de robo -seis años- y atentado -otros seis- que les imputaba el fiscal. Además, pidió que se investigase la acción policial.

Así pues, las diligencias volvieron a los juzgados de Aranjuez, y, curiosamente, le tocó investigar la acción policial al Juzgado de Instrucción 1, el mismo que les había encarcelado 13 meses. Al final, la juez de Aranjue7, no vio delito en la acción policial y decidió absolverles.

Endika Zulueta, abogado de Moisés y Rafael, y Begoña Lalana, de la Asociación Contra la Tortura, apelaron a la Audiencia de Madrid. El recurso de apelación se celebró ayer. Los hermanos, que se hallan presos, aunque por otros motivos distintos a los juzgados, no acudieron al juicio, pero sí lo hicieron cinco de los policías implicados. Zulueta y Lalana sostienen (y muestran partes médicos) que ambos hermanos recibieron seis palizas desde que la policía les detuvo hasta que ingresaron en la cárcel. Consideran que fueron "detenidos ilegalmente y torturados". Por su parte, el fiscal y los abogados de los policías insistieron en que las heridas se las hicieron los detenidos (uno de ellos estaba bajo el síndrome de abstinencia) en los calabozos, y que la acción policial fue correcta. La Audiencia se pronunciará en breve.

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