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Anabel trató de escapar dos veces antes de ser asesinada

Anabel Segura intentó en las escasas horas que duró su secuestro escapar dos veces de sus dos captores, quienes decidieron asesinarla al darse cuenta de que no podrían alcanzar su objetivo: conseguir el rescate en un solo día. Según dijeron a Efe fuentes de la investigación, el secuestro y posterior asesinato de Anabel es el triste resultado de la ambición por el dinero de dos amigos, un caprichoso repartidor en paro -que vivía por encima de sus posibilidades- y un fontanero de escasa personalidad, que no tuvieron escrúpulos en matar a la joven una vez que se dieron cuenta de que no tenían medios para mantenerla retenida.

La idea, según han confesado a la policía los detenidos, partió de Emilio Muñoz Wuadix, quien convenció a su amigo de que sería fácil capturar a alguna persona con dinero y obtener una importante suma por su liberación en un mismo día.

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Incluso le engañó para hacerle creer que tenía todo preparado y que disponía de un lugar seguro para ocultar a su víctima.

De esta forma, ambos se dirigieron el 12 de abril de 1993 en la furgoneta de Emilio a la zona residencial de La Moraleja y- secuestraron, hacia las tres de la tarde, a una joven que hacía deporte por la calle, Anabel Segura.

Un vez que tenían a su víctima, todo lo demás se vino abajo. Mientras daban vueltas en el vehículo por las provincias de Toledo, Ávila y Madrid, Anabel les dijo que su familia no estaba en Madrid, sino en el sur, y les dio los teléfonos de La Moraleja y Andalucía.

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Intentando ganar tiempo, Anabel les engañó y les dijo que su padre acababa de pagar la casa de La Moraleja, por lo que, aunque podría conseguirlo, no dispondría rápidamente de una cantidad importante de dinero.

Segundo problema

Tras darse cuenta de que conseguir el rescate llevaría su tiempo, y sin siquiera intentar contactar con la familia, se toparon con el segundo problema: Anabel, una joven deportista con más fuerza de la que podía aparentar su cara aniñada, trató, de escapar de la furgoneta.Entretanto, El Candi, quien conducía el vehículo, se percató de que su amigo no lo tenía todo pensado, ni siquiera un lugar para ocultar a la joven que llevaban en la parte de atrás de la furgoneta, por lo que empezaron las discusiones entre ellos. Tras varias horas de viaje, llegaron a la fábrica abandonada de ladrillos de Numancia de la Sagra, a pocos kilómetros de la casa de Emilio Muñoz, en Pantoja.

Una vez allí, Anabel intentó escapar de nuevo, por lo que fue atada de pies y manos en lo que en su día fue una de las oficinas de la fábrica. La joven, que perdió la chaqueta de su chándal cuando la capturaron, únicamente llevaba un top y tenía frío, por lo que Emilio, quien ya había decidido asesinarla ante la dificultad de retenerla, le dejó su jersey negro.

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