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González afirma que Conde y Perote poseen documentos comprometedores para el Estado

El presidente del Gobierno, Felipe González, aseguró ayer ante el pleno del Congreso que el ex presidente de Banesto, Mario Conde, y el ex segundo de a bordo del Cesid, coronel Juan Alberto Perote, tienen documentos comprometedores para la seguridad del Estado. Lo dijo de manera más suave al responder a una pregunta del diputado de IU-IC Felipe Alcaraz sobre su entrevista en el palacio de la Moncloa con el abogado Jesús Santaella. González afirmó: "Teníamos conciencia de que había en poder de sus mandantes [clientes] algunos documentos de interés para la seguridad del Estado".

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El presidente del Gobierno admitió un margen de error en su actuación el 23 de junio pasado cuando recibió a Santaella al repetir que la celebración de la entrevista "es siempre una cuestión opinable". Al contestar otra pregunta sobre el mismo tema del portavoz popular Rodrigo Rato, añadió que, gracias a esa entrevista, "algo hemos avanzado en el conocimiento de quién está detrás de lo que está ocurriendo", con lo cual no repitió la denostada teoría de la conspiración, pero vino a confirmar su postura de que alguien está urdiendo alguna trama contra el Gobiemo. González negó, una vez más, que hubiese existido chantaje, porque "no lo hubiera tolerado".El tono del diputado Alcaraz fue agrio y duro. Utilizó una expresión poco frecuente: "Presidente González". Y al responder a la primera intervención del presidente del Gobierno, utilizó un texto que llevaba escrito -algo que Felipe González no olvidó reprocharle- para arremeter con frases corno "está usted arrastrando por los suelos una institución denominada Presidencia del Gobierno" y le asegurró que no es capaz de percibir "la insensatez de esa entrevista, de ese encuentro, posiblemente de espaldas a la justicia y quizá para burlarla".

"Domador de silencios"

Alcaraz le espetó que muchas fuentes aseguran que existe un chantaje y que, eso se basa "en algo que el chantajeado pretende ocultar". El final de la intervención de Alcaraz tuvo un registro sorprendente, salpicó el hemiciclo con metáforas -"¡qué buen domador de silencios es usted!"- y con expresiones de contenido poético: "Usted no va a tener la grandeza suficiente que exigen los otoños". Aunque el verso final fuera tan desabrido como éste: "Es usted quien hace un pulso a la sociedad española, a la ética civil. ¡Ojalá lo pierda!".

Rodrigo Rato mantuvo un tono absolutamente distinto. ,Con calmada dureza le dijo a González desde el escaño que parece haber estado más preocupado "porque el señor Perote estuviera callado y contento que por la seguridad del Estado y por el Estado de derecho". El portavoz de los populares le lanzó un dardo envenenado al asegurarle que "no es la primera vez -que sepamos- que usted recibe en su despacho a personas que tienen gravísimos procedimientos abiertos en el Banco de España y en los tribunales. ¡Y, qué casualidad, señor González! Siempre son las mismas personas. ¿Lo hace usted por amistad, por gratitud o por miedo?".

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Tras esa clara alusión a Mario Conde, Rato quiso atornillar el flanco político al exigirle a González que dijese la verdad de cara al Grupo Parlamentario Socialista, "que está aterrado cada día que pasa de qué va a descubrir". La andanada de Rato fue protestada ruidosamente en los bancos socialistas, pero el portavoz popular mantuvo el tipo y respondió: "Disimulen, disimulen". González, en la réplica final, mantuvo el mismo argumento que frente a Alcaraz consistió en lanzarles un reto ético-político de fondo: "¿De qué parte están ustedes? Díganlo de una vez".

Cuando le formuló la misma pregunta a Alcaraz, no hubo respuesta. Al hacérsela a Rato, la obtuvo de manera extraoficial desde el escaño de la portavoz adjunta Loyola de Palacio, cuya voz se escuchó en el hemiciclo respondiendo: "Del Estado de derecho y de la ley".

La refriega parlamentaria de ayer fue sólo un prólogo ante la comparecencia que esta mañana mantendrá el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, para dar explicaciones sobre la misma reunión con Santaella en La Moncloa. La oposición está irritada por la ausencia de González en el debate. Tanto que quieren hacerlo visible con alguna protesta.

Pese al hermetismo de los distintos grupos parlamentarios, lo más probable, según los acuerdos que se habían alcanzado a última hora de la tarde de ayer, es que los portavoces se limiten a una brevísima intervención desde su escaño para anunciar que no contestan al ministro por considerar qué no es el interlocutor válido. No se descartaba el abandono del hemiciclo, pero varios grupos de oposición temían la postura de CiU al haber anunciado que no abandonará los escaños.

En cualquier caso, Belloch tendrá que soportar algo más que las andanadas dialécticas habituales en un debate. La última incógnita en la tarde de ayer era si las circunstancias del debate, acabarían por forzar a Felipe González a subir a la tribuna en algún momento, aunque el propio presidente no dio seguridades de que asista al debate de esta mañana.

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