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Entrevista:

"El rock no es pose, es espontaneidad"

Luz Casal ha adoptado en su nuevo trabajo, Como la flor prometida, un tono más dulce y melódico que en sus anteriores discos. Sin embargo, dice no haber perdido el nervio y la capacidad de poner sentimientos fuertes en sus canciones y rechaza cualquier afirma ción que insinúe que este cambio se debe a alguna conveniencia comercial. Algo que está dispuesta a demostrar en vivo en su próximo concierto, el próximo día 5, en la plaza de Las Ventas, de Madrid.Pregunta. En este trabajo parece haberse asentado en un estilo menos rockero y más melódico.

Respuesta. Efectivamente, Usar el término melódico, aunque en España se haya tomado algo despectivamente, está bien empleado porque la melodía prima en estos temas sobre otros aspectos como el tempo, el ritmo. Lo que pasa es que ese alejamiento es producto de un momento determinado, de las necesidades de ese momento, y sale de una forma natural. Lo único que me incomoda de la comparación con mis trabajos anteriores es que se tomen esas diferencias de estilo como una opción que he adoptado tras el éxito de Piensa en mí. Y ahí es donde me niego a que la gente insista. en eso, porque no es así. Yo tengo una experiencia que me marca y me hace analizar ciertos aspectos de mi vida y recuperarlos. Esos sentimientos, la necesidad de hurgar en ti misma, necesita el tempo adecuado. Cuando tienes rabia necesitas otro ritmo para expresarlo.

P. ¿Y se ha dado una pausa en esa rabia rockera?

R. No tengo ninguna pretensión de asentarme en el mundo del rock ni de demostrar nada. Lo único que sé es que lo que hago, tanto estilísticamente como en todo lo demás, es la demostración de mi libertad creativa, de hacer lo que me da la gana. Igual por eso me dan mañana con las puertas en la cara, pero no me pasaría nada. Estoy acostumbrada a defenderme y no hay nada que me haga cambiar algo que yo tenga muy claro. Ya puedo yo salir con una bata de cola y no por eso voy a ser más o menos rockera. El término rockero es muy ambiguo, y más en un país como éste, donde te pones unos cuantos tatuajes, te compras una Harley y te haces un rotito en el pantalón y eres el más actual de todos. Yo veo eso y me pongo un traje de seda arrugado o de color rosa por joder. Musicalmente me queda mucho por defender, pero me niego a que la peña, por sistema, cada vez que hago una balada, es o porque me conviene o porque he cambiado. El mundo del rock, para mí y para muchos, no es la pose. Es la espontaneidad. No persigo el éxito como la cosa primordial de mi vida. No persigo ser la más grande como lo principal en mi vida. Persigo ser grande. Cuando yo tengo que hacer y demostrar lo que quiero, no hay edificio más alto que yo en el mundo.

P. Dicho esto, cómo plantea el espectaculo que lleva en esta gira?

R. En este momento es en el escenario donde tengo esa sensación. ¿Cómo se puede cantar una canción donde pones el corazón y luego revolcarte por el suelo y rotando la cabeza? Pues siendo tú, usando tal tema y vocalizando hasta llenarte la boca, el paladar y hasta los senos frontales de aire, y dos minutos después cantar otro tema donde la. fuerza te sale de los talones. Mi espectáculo es esa inconformidad a sentirme asentada en algo. Cuando llevo tres canciones de un tipo necesito cambiar de registro.

P. Las canciones de este álbum le acercan mucho a su infancia. ¿Ha estado pensando en ello?

R. Sí, aunque son sólo dos los temas en que hablo de mi infancia. Hay otros en los que hablo de mi infancia, como en Flor prometida, pero no soy yo, aunque podría ser. Hay algo que siempre me gusta, y es que las letras muchas veces van más allá de lo que uno ha compuesto. Probablemente algún día cante esa canción pensando en que soy yo esa niña pequeña. Eso es lo que engrandece los conciertos en vivo, lo que siempre hace distinto uno del otro.

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