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Bosnia, objeto constitucional no identificado

Al hacer de Bosnia un OCNI (objeto constitucional no identificado), la reciente Conferencia dé Ginebra no ha hecho nada nuevo, sino que se ha limitado a constatar. El referéndum del 1 de marzo de 1992 engendró una situación contradictoria cuyo difícil parto ha empezado 42 meses después. Aquel día, el 62,8% de electores que votó -más de nueve de cada diez, 16 hicieron a favor de la independencia- cavó un foso que le separaba del otro tercio de la -población de su pais.Efectivamente, el informe oficial de los parlamentarios europeos que supervisaron aquella consulta afirma que el 37,2% de abstencionistas correspondía esencialmente. a la comunidad serbia, que englobaba al 32% de. los bosnios, y proclamó su voluntad de boicotear el escrutinio. Según ese informe, el líder de los serbios de Bosnia advirtió esa misma tarde que cualquier reconocimiento del país como Estado independiente "prendería fuego a Bosnia".

Estados Unidos, Alemania, Francia, y el resto de Occidente lo sabían cuando concedieron ese reconocimiento al presidente Izetbegovic, que no lo deseaba en absoluto. Le obligaba a una alianza con su homólogo croata que para este último era sólo una táctica provisional, puesto que el presidente Tudjman tenía por objetivo constituir una Gran Croacia igual que el presidente Milosevic quería constituir una Gran Serbia.

Entre estos dos adversarios de la independencia de una Bosnia multiétnica, no era absurdo apoyarse en el más débil para contener, al más fuerte. Los estadounidenses comprendieron mucho mejor ese intento que los europeos, demasiado marcados por los recuerdos de 1939-1945 que empujaban a Bonn a apoyar a la Croato-Bosnia, que entonces fue aliada de Alemania, y a París a apoyar a Serbia, que fue aliada de Francia; estas dos Mitades de Yugoslavia habían reproducido en la II Guerra Mundial su actitud en la primera. Más desvinculado de estos recuerdos, el presidente Clinton proporcionó armas a los Gobiernos de Zagreb y Sarajevo después de haber obligado a sus plenipotenciarios a firmar en su presencia, en Washington -abril de 1994- una "propuesta de Constitulción" que creaba una "federación de Bosnia-Herzegovina" que unía a los bosnios musulmanes y los, bosnios croatas y daba a estos últimos el derecho a unirse a la República de Croacia. Así, la alianza militar de 1991 empezaba a verse reforzada por un proyecto jurídico original, pero vago.

Algunos meses después se escribía lo siguiente: "¿Cómo admitir que los serbios de Bosnia no tengan derecho a formar una confederación con la República de Serbia cuando se reconoce a los croatas de Bosnia el derecho a formar una confederación con la República de Croacia? ¿Qué jurista puede aprobar una discriminación así?" (*).

A comienzos de 1995, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, sacaba la misma conclusión del acuerdo de Washington y decidía comprometer a Francia en el camino que éste abría, aunque afirmaba qué llevaría a un objeto constitucional no identificado. Antes de darle una consistencia jurídica, convenia que reuniera las condiciones políticas. En ese sentido, la llegada de. Jacques Chhirac a la presidencia francesa a abierto la etapa última hacia se objeto, al sustituir la estrategia de la ayuda humanitaria por la de la Fuerza de Acción Rápida.

El activismo militar de París, suscitado por una elección presidencial pasada, se benefició de un activismo militar de Washington provocado por, una elección presidencial futura. La coincidencia desencadenó la ofensiva de los soldados croatas y bosnios, seguida. de la inter vención de los aviones. de la OTAN y de la artillería de la Fuerza de Acción Rápida. Una vez restablecido así el equilibrio de fuerzas, los tres presidentes de la ex Yugoslavia están interesados en avanzar hacia la paz. Su acuerdo de Ginebra demuestra que lo han entendido. Pero la paz sólo podrá arraigar si EE UU y la Comunidad Europea siguen unidos para mantener la presión en ese sentido. Para ello hay que contener la voluntad croata de reconquistar Eslavonia y la voluntad bosnio-musulmana de vencer militarmente a los serbios de Sarajevo. Los cañones de MIadic, deben ser sustituidos por los de la Fuerza de Acción Rápida y de la Unprofor, y no por los de lzetbegovic.El armisticio depende, sobre todo de las condiciones militares. El arraigo de la paz exige que éstas se vean complementadas por una construcción jurídica que dé una identidad al objeto constitucional no identificado. Esta construcción estará más o menos inspirada en el sistema comunitario que empieza a elaborar la identidad de ese otro objeto constitucional no identificado que es la Unión Europea. Ésta podría ayudar a los croatas, los bosnios y los serbios a comprender que sólo su integración en una comunidad de nuevo cuño puede dar a bada uno de sus Estados más influencia y, por tanto, más independencia.

Al prever una ayuda análoga al Plan Marshall para reconstruir sus ruinas, Europa tampoco. debe olvidar que este plan fue el motor esencial de la Comunidad del Carbón y del Acero a través del entendimiento que imponía a sus beneficiarios. Si EE UU realiza el mismo esfuerzo de memoria y de financiación, su acción concertada con la Unión Europea puede implantar la paz después de haber acelerado el fin de las hostilidades.

* L´Europe dans tous ses États, PUF.

Maurice Duverger es presidente del directorio del Instituto de Investigación sobre las Instituciones y Culturas de Europa, de París, y profesor emérito de la Sorbona.

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