La crisis monetaria sacude la cumbre europea de Mallorca
El jefe del Gobierno alemán, Helmut Kohl, desautorizó ayer a su ministro de Finanzas, Theo Waigel, para atajar la crisis monetaria que sacudió a la mayoría de las bolsas europeas, la española entre ellas. El canciller, que desactivó al mismo tiempo la bomba que amenazaba con el fracaso a la cumbre europea de Formentor (Mallorca), proclamó su fe en Italia, un país que el miércoles fue condenado por Waigel a quedar fuera de la futura moneda única.
Waigel se sumó ayer a los esfuerzos para que las aguas volvieran a su cauce al asegurar que "todos los países tienen la posibilidad y disponen de la oportunidad de cualificarse" para la Unión Económica y Monetaria. Kohl fue aún más explícito al subrayar: "Tengo la mayor confianza en los amigos italianos". Horas antes, los mercados bursátiles habían cerrado una jornada negra. El índice de Madrid perdió 5,96 puntos (un 1,89%), su segunda caída más importante del año. Londres bajó un 1,33%; Francfort, un 3,3%, y París, un 3,41%. El dólar siguió cediendo terreno con el marco y el yen. El dinero se refugió de nuevo en la divisa alemana y provocó la depreciación del franco, la libra, la lira y la peseta. Ésta, que a lo largo de la semana ha perdido dos pesetas con el marco, ayer se depreció 75 céntimos.
Superada aparentemente la crisis, los Quince pudieron volver a concentrarse en una discusión informal y que no prevé conclusiones oficiales sobre temas como política exterior y de defensa, moneda única y financiación de la ampliación al Este. En todos hay más discrepancias que coincidencias.
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