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El adiós del 'nuncio de hierro'

Mario Tagliaferri se despide de los obispos españoles antes de dejar España y trasladarse a París

"La fiesta es estar juntos, no comer. Comiendo son muy parvos". Así vio ayer una hermana de las Operarias Parroquiales el discreto almuerzo de despedida que celebraron 25 obispos y arzobispos españoles con Mario Tagliaferri Stefanini, nuncio apostólico en "este noble país" -como él mismo señaló en la homilía- durante los últimos 10 años. El comedor de las Operarias, situado en un limpísimo y ajardinado edificio, junto a la sede de la Conferencia Episcopal, acogió el acto.Tagliaferri Stefanini, italiano de 69 años, de origen campesino, marcha a finales de mes o comienzos del próximo a la Nunciatura de París, considerada ahora el máximo escalafón en la carrera diplomática de la Santa Sede, junto a Madrid, el destino más ambicionado hasta el siglo XX. Tras la sorpresa de que el Vaticano no le trasladara a Roma con la púrpura cardenalicia, es opinión generalizada que este hombre, que escucha mucho y habla poco -en los 10 años en España ha concedido entrevistas que se pueden contar con los dedos de una mano-, ha sido encomendado por la Santa Sede para imponerse al episcopado francés, avivar vocaciones y llenar seminarios. A eso precisamente -al repliegue y control espiritualista de los obispos ibéricos y nombramiento de hombres de talante conservador- ha dedicado sus mejores habilidades monseñor Tagliaferri, como explica el periodista y teólogo Abel Hernández en su recién publicado libro El quinto poder. Hasta el punto, según algunas fuentes, de haber servido al papado de Juan Pablo II de correveidile de las consideradas veleidades progresistas de algunos obispos españoles. Recuérdese que, tres años después de su desembarco en la Nunciatura de la calle de Pío XII, el cardenal Vicente Enrique Tarancón dejó de lado sutilezas y dijo en público: "En Latinoamérica los nuncios mandan mucho. En Europa, poco. Sin embargo, éste cree que aún está allí (Tagliaferri venía de Perú y Cuba)". Y es que dicen que si el carácter del anterior nuncio en España -Innocenti- respondía bien a su apellido, con Tagliaferri (cortahierros, en su lengua natal) ocurre otro tanto.

Fuentes eclesiásticas afirman que Roma le quiere bien, pero en otras misiones; y que su cruzada para que el ex banquero Mario Conde se fotografiara con el Papa -viéndose lo que se ha visto después tampoco le ha favorecido-. Para sustituirle, se barajan en la sombra tres candidatos: Andrea Cordero Lanza de Montezzemolo, actual nuncio en Israel; Gabriel Montalvo, pronuncio en Belgrado, y Lajos Kada, nuncio en Bonn.

Lo cierto es que nada de esto podía interpretarse de los sobrios actos de ayer, que fue un mudo para los periodistas, -fotos, pero no palabras ni preguntas-, con misa y almuerzo, en los que 25 obispos hicieron una piña con el nuncio y a los que incluso asistió don Marcelo, Marcelo González, arzobispo primado de Toledo que se retira la próxima semana, y cardenal emérito. Concelebraron la eucaristía con el nuncio y don Marcelo, Elías Yanes y Fernando Sebastián, presidente y vicepresidente, respectivamente, de la (Conferencia Episcopal, y el cardenal de Barcelona, Ricardo de María Carles.

En la homilía, Tagliaferri advirtió de un peligro que se cierne sobre el país que abandona: "Hay valores absolutos, como el respeto a la vida (incluida también la vida del todavía no nacido, pero dando igualmente a este principio toda su amplitud), que están por encima de toda decisión fundada en el mero juego de mayorías y minorías".

Los actos de despedida del nuncio apostólico, que inauguró la llamada "diplomacia de los manteles", con su maravillosa pasta italiana y que llegó a sentar a su mesa al Rey y varias veces al presidente González, como cuenta Abel Hernández, culminarán la próxima semana con la despedida del Cuerpo Diplomático; y la toma de posesión del nuevo arzobispo primado de Toledo, Francisco Álvarez. No se descarta que antes deje su impronta conservadora en algún nombramiento más de las numerosas diócesis vacantes: Santiago -de gran envergadura-, Osma-Soria, Palencia, Segorbe-Castellón, Córdoba, Tarazona, Alicante.

Por cierto que las Operarias Parroquiales sirvieron arroz a la cubana, lomo con verduras, fruta y -de extra- cava. Tan bien parece que se encontraban juntos ayer -tras; años de tensiones- que Yanes accedió a que el almuerzo se demorara media hora más de lo previsto.

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