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Mercosur y la UE firmarán antes de fin de año el Acuerdo Marco Interregional

La Unión Europea (UE) y los cuatro países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) han cerrado esta pasada semana el 40% de las negociaciones que deben desembocar en la firma de un Acuerdo Marco Interregional. El resto de la negociación, que no debe ofrecer grandes obstáculos, se abordará a partir del 29 de este mes de septiembre en Montevideo, lo que permitirá que el Acuerdo Interregional se firme antes de fin de año, dentro del turno de la presidencia española de la Unión Europea.

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El documento pondrá las bases para desarrollar la mayor zona de libre cambio del mundo, que hoy contaría con más de 580 millones de consumidores potenciales.La creación de esta gran zona de libre cambio en el siglo XXI está siendo impulsada principalmente por España y Portugal en coordinación con el vicepresidente español de la Comisión Europea, el socialista Manuel Marín.

Frente a la tendencia general de concentrar los esfuerzos europeos en la reconstrucción de las economías y los sistemas políticos de la Europa del Este, la diplomacia española ha situado sus objetivos comerciales en el desarrollo de dos zonas que le son más comunes por tazones históricas, económicas y culturales: América Latina y el Norte de Africa.

La idea de llegar a un acuerdo con Mercosur ha calado finalmente entre el resto de Estados miembros al perfilarse como un método imprescindible para que Europa tome posiciones frente a Estados Unidos en uno de los mercados que se perfilan con mayor capacidad de desarrollo a medio plazo.

El acuerdo significaría para los países de Mercosur la atracción de más inversiones directas, la creación de nuevas empresas conjuntas, mayor acceso a la tecnología y know how europeos, más asistencia técnica para culminar la integración de Mercosur y un enorme impulso a las exportaciones, según el Instituto de Relaciones Europeo-Lationamericanas.

La UE, al frente de la cual está ahora Jacques Santer, obtendría un acceso privilegiado a un mercado emergente del que se beneficiarían su industria y sus servicios y mantendría un protagonismo político en el Cono Sur frente a la influencia geográfica de EE UU.

Las negociaciones sobre el Acuerdo Marco Interregional no están ofreciendo demasiadas dificultades por tratarse todavía del establecimiento de un gran marco general de relaciones a nivel político y económico, pero sin entrar todavía a desbrozar lo que se promete como el gran hueso de la negociación definitiva: la negociación comercial, con la identificación de sectores y productos sensibles. Mercosur teme la competitividad de la industria europea. Europa ve con temor la potencia agrícola de estos cuatro países, a los que pueden unirse los que en el futuro puede Chile y Bolivia.

La Comisión Europea considera ideal que estas cuestiones no tengan que tratarse hasta el año 2000, porque ese plazo permitirá, por un lado, asentar definitivamente el Mercosur- creado hace tan solo cuatro años- al tiempo que la Unión habrá profundizado en los acuerdos de asociación o adhesión de los países de Europa central y oriental, tendrá una nueva organización a partir de los resultados de la Conferencia Intergubemental de 1996 y habrá podido abordar una nueva reforma de la Política Agrícola Común (PAC).

Plazo ideal

Brasil es la gran potencia de Mercosur. Funcionarios de la comisión le atribuyen el mismo papel de liderazgo económico que Alemania ejerce en Europa. "Su voluntad de reforzar Mercosur es firme porque se ha dado cuenta de que si negocia solo da miedo y como líder de un bloque regional le van mejor las cosas. Es lo mismo que le ocurre a Alemania: sola da miedo y como miembro de la Unión Europea da confianza", se opina en Bruselas. El presidente brasileño, José Cardoso, afirmó el viernes en Bruselas que "lo que le interesa ahora a Brasil es la consolidación de Mercosur y para ello la relación con la Unión Europea es muy importante".Con su asociación con Mercosur, Europa tiene un triple objetivo: transmitir su experiencia en la construcción de un bloque regional abierto, consolidar la solidez económica y la implantación de sistemas democráticos en esos países y aprovechar lo que Bruselas denomina "ensimismarniento" de EE UU. Este país vive concentrado en las querellas entre demócratas y republicanos y en su rol mundial", -dicen en Bruselas- para consolidar su posición, en unos mercados de gran crecimiento y futuro.

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