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El segundo encierro de Fuenlabrada acaba con a vaquilla muerta y dos reses agonizantes

El segundo y último encierro de las fiestas de Fuenlabrada (165.000 habitantes) acabó ayer con cinco corredores heridos, una vaquilla muerta de un topetazo y otras dos reses agonizando por el brutal esfuerzo de dos horas de carrera en un circuito urbano de 700 metros. Este resultado fue calificado de "soberbio" por los organizadores, que calcularon en 20.000 el número de corredores. Se olvidaron de mencionar la crueldad que jalonó el festejo: patadas y palos contra las vaquillas e incluso espectadores que agarraban a las reses de los cuernos a través de las talanqueras.

El herido de mayor gravedad fue un hombre de 24 años. Recibió una cornada cerca del cuello.A las tres horas de ser atendido en el hospital móvil, instalado junto al centro de salud del Arroyo, fue dado de alta. Otras cuatro personas resultaron lesionadas al ser arrolladas por los animales. Según el Ayuntamiento, los encierros de Fuenlabrada han sido limpios: "Todos los sistemas de seguridad han funcionado a la perfección y no ha habido heridos de gravedad". A lo largo de las dos horas de bullicio delante de los dos toros y las tres vacas, los dobladores retiraron a numerosos niños y jóvenes embriagados que se resistían a salir del recorrido. "Se han sacado del trayecto a muchos chicos y a gente que iba bebida, aunque algunos han vuelto a meterse en la carrera", señaló el miembro de una peña. Un integrante del servicio de orden evitó con un capote que un toro empitonara a una chica. Sin embargo, nadie evitó escenas crueles: las vaquillas recibieron patadas, palos y en ocasiones los espectadores las agarraban de los cuernos a través de las talanqueras. Uno de los animales falleció al golpearse con otra vaquilla en medio del recorrido. La res fue retirada por una excavadora. Otra de las vaquillas acabó exhausta. Derrengada se sentó en el suelo. Los mozos la echaron sobre una valla que utilizaron como camilla para sacar al animal del circuito.

El Ayuntamiento de Fuenlabrada, en nombre de las peñas, condenó las agresiones sufridas por el fotógrafo de EL PAÍS, Javier Álvarez, un reportero de El Mundo y varios cámaras de televisión. Con 24 horas de retraso, el portavoz municipal Manuel Robles señaló: "Lamentamos las agresiones contra los medios de comunicación, pero son hechos aislados que no pueden empañar el buen desarrollo de los encierros".

Silencio de las peñas

Sin embargo, los integrantes de las peñas organizadoras del encierro, no condenaron las agresiones a los periodistas. A juicio de Manuel Robles, "los golpes recibidos por los medios de comunicación no pueden identificarse con el comportamiento de Fuenlabrada".Según, las peñas de Fuenlabrada, los dos encierros desarrollados en el municipio han sido modélicos: "Durante el viernes y el sábado las ocho peñas de Fuenlabrada hemos demostrado cómo se puede desarrollar un encierro de calidad y donde se divierta la gente". Los integrantes de la peña La Fuente de los Cuatro Caños indicaron que en el encierro hay cosas buenas y malas, pero sólo trasciende lo negativo. Estas entidades organizadoras de los encierros eludieron cualquier comentario sobre los malos tratos que reciben los animales. Estas entidades fuenlabreñas también creen que es lógica la propuesta de Alberto Ruiz Gallardón de crear una cita previa para los encierros.

El propio alcalde de Fuenlabrada, el socialista José Quintana, se ha mostrado contrario a la inscripción de los corredores en estos festejos: "No se puede llevar a cabo esa fórmula en ciudades como Fuenlabrada, donde participan cerca de 20.000 o 30.000 personas".

El regidor de Fuenlabrada ha anunciado que a finales de septiembre se celebrará una cumbre de municipios para analizar el futuro de los encierros. Según Quintana, se va a solicitar este encuentro al director general de Asuntos Taurinos, con el fin de adoptar medidas comunes en el desarrollo de la fiesta. El propio responsable de Asuntos Taurinos en la Comunidad de Madrid, Julio Pacheco, se ha mostrado partidario de celebrar esta reunión.

Durante la jornada de ayer otras tres personas resultaron heridas leves en el encierro de Majadaonda. Dos de los lesionados sufrieron fuertes golpes en la espalda. En Galapagar una persona de 21 años fue empitonada por una res en la vaquilla del aguardiente.

En Humanes, el primer encierro, que duró dos horas, acabó sin heridos.

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