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Las sospechas de la Justicia italiana llegan al líder del partido de la izquierda

La Fiscalía de Venecia envió ayer una notificación de apertura de sumario contra Massimo D'Alema, líder del Partido Democrático de la Izquierda (PDS) y Achille Occhetto, su predecesor, por presuntos delitos de financiación ilegal de partido y receptación. En rigor, no es el primer sumario que afecta a estos líderes, ya que en Roma se abrió otro por las denuncias que presentó Bettino Craxi en su día. Aquel fue, pues, obligado. El de Venecia es la primera vez que, de una investigación, se deducen indicios de delito contra la dirección del PDS.

Así lo entiende, al menos el fiscal veneciano Carlo Nordio, responsable del procedimiento, que investiga a la quiebra de las cooperativas vénetas por hechos acaecidos hasta el año 1991, cuando D'Alema aún no era líder del PDS. El fiscal aprecia una serie de hasta 14 circunstancias que, en su opinión, "no admiten mas solución que el conocimiento por parte de D'Alema y Occheto de "gravísimos delitos" vinculados a la financiación del PDS.D'Alema en cambio considera que la notificación que ha recibido "es un documento que mina la credibilidad de quien lo envía", y rechaza cualquier sospecha. "Soy relacionado con hechos que no conozco, con personas que no conozco. Soy acusado, exclusivamente, porque siendo uno de los máximos dirigentes del PDS en la época de los hechos contestados, no podía no saber que, en algunas cooperativas del Véneto, se hicieron, al parecer, cosas ilícitas. Es desconcertante", dijo ayer en conferencía de prensa.

D'Alema aseguró: "No pienso dimitir. Este asunto no tiene nada que ver con la política. Se me lanza tamaña acusación sin ni siquiera una prueba". Sus aliados y colaboradores, comenzando por su número dos y eventual sucesor Walter Veltroni, le apoyan en esa línea. Sergio Berlinguer, jefe de los diputados del PDS, añade: "Estamos en una fase distinta de la de hace dos o tres años. Hoy la notificación de la apertura de un sumano tiene un significado distinto, es un instrumento de garantía para el acusado".

Pero no todos piensan que las consecuencias del asunto quedarán ahí, y prueba de ello es que la Bolsa italiana bajó ayer al conocerse las diligencias contra D'Alema. El mercado interpretó la noticia como un factor de inestabilidad en un momento en que el líder de la izquierda trata de pactar una salida no traumática al Gobierno de Lamberto Dini que, desde el pasado mes de enero, rige el país sin una mayoría política.

Mas allá de como se desarrollen los trabajos de la Justicia es un hecho que la primera parte de la defensa dé D'Alema, la falta de pruebas en su contra, es idéntica a la que formuló en su momento el ex líder socialista Bettino Craxi, que resulta también investigado en este mismo procedimiento por la quiebra de las cooperativas vénetas. La protesta de D'Alema porque se le atribuya el conocimiento de unos hechos simplemente debido a que era dirigente de una organización es, por otra parte, idéntica a la que Silvio Berlusconi remite a los magistrados que le acusan de corrupción de la policía fiscal.

Sin duda D'Alema no atacó ayer a los jueces con la virulencia que han demostrado Craxi y el líder de Forza Italia, pero es fácil que la calle capte, sobre todo, que el PDS ha caído fnalmente en las redes de las investigaciones anticorrupción. Algo que sus adversarios sostenían que nunca ocurriría porque, afirmaban, los jueces italianos son de izquierdas.

Para Berlusconi, sobre cuya voluntad de volver a presentarse como candidato a primer ministro existen fundadas dudas todo esto es un regalo en vísperas de que comience el próximo día 20 en Milán su juicio preliminar por presuntos delitos de corrupción de policías fiscales.

La noticia puede influir además sobre el calendario electoral que se negocia. D'Alema ha propuesto un acuerdo para que se vote el próximo mes de junio. Berlusconi y Gianfranco Fini, líder de Alianza Nacional, no admiten que el voto se aplace mas allá de la primavera. Tanto en la derecha como en la izquierda hay partidos menores que querrían que el Gobierno técnico de Lamberto Dini agote los tres años que quedan de legislatura.

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