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La dirección del PP catalán, agredida por jóvenes radicales en la fiesta de la Diada

Enric Company

Un grupo de unos 200 jóvenes, pertenecientes a varias organizaciones independentistas, convirtieron ayer a la dirección del Partido Popular (PP) de Cataluña en protagonista destacada de la fiesta nacional de Cataluña al hacerle objeto de una agresión sin precedentes en la conmemoración de la Diada de l'Onze de Setembre. Los dirigentes del PP recibieron una lluvia de huevos, algún tomate, bolsas de pintura y pequeños objetos contundentes cuando acudieron a depositar la ofrenda floral que tradicionalmente efectúan ese día las representaciones políticas y sociales. El líder del PP catalán, Aleix Vidal-Quadras, resultó levemente herido en una oreja por una moneda lanzada con un tirachinas. Los atacantes desbordaron a los escasos efectivos de la policía autonómica y obligaron a Vidal-Quadras y otros dirigentes del PP a abandonar el lugar a toda prisa.

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El acto independentista reúne a miles de personas en el monumento a Casanova

Los miembros del PP están relativamente habituados a ser mal acogidos por los independentistas, pero la agresividad demostrada ayer por los jóvenes que les esperaban junto al monumento a Rafael Casanova -uno de lo! defensores de Barcelona cuando la ciudad, sitiada, se rindió a las tropas de Felipe V, en 1714- superó lo que podían esperar y les dejó seriamente preocupados. Gritos de "ETA, mátalos", "Lacalle, vigila, te queda poca vida", "recordad a Ordóñez", vivas a Terra Lliure y todo tipo de insultos personales dieron al enfrentamiento un cariz muy violento.Cuando a las 9.15 horas los dirigentes del PP se acercaron al monumento, algunos de los jóvenes extremistas arrojaron numerosas octavillas con la leyenda Partido. Provocador y el logotipo del PP, y otras con las siglas PP superpuestas a una esvástica. Empezaron a silbar y a gritar "fuera, fuera" y "Aznar, fascista, tú eres el terrorista", "los catalanes no somos españoles" y otras expresiones similares. Seis policías autonómicos con corazas se interpusieron entre la comitiva del PP y los jóvenes, cuyos gritos ahogaban los aplausos de los militantes del PP que habían acudido al acto.

Pero los efectivos policiales resultaron insuficientes. Una vez depositada la ofrenda floral -una bandera catalana formada por claveles- los jóvenes radicales se lanzaron a perseguir a los, dirigentes conservadores, que a duras penas consiguieron alcanzar sus vehículos. Uno de éstos quedó muy abollado por los, golpes de los independentistas y uno de los tres escoltas privados de Vidal-Quadras resultó herido en una mano.

La policía autonómica detuvo horas después a tres jóvenes, de 17, 18 y 23 años, por su presunta participación en los incidentes. Los participantes en éstos pertenecían a las organizaciones Grup d'lndependents Revolucionaris, Maulets, Catalunya Lliure y Joventut d'Esquerra Republicana de Catalunya.

Los abucheos contra representantes del PP se produjeron también en otros actos conmemorativos de la Diada. En las localidades de Moià y Sant Boi de Llobregat, lugares donde nació y fue enterrado Casanova, respectivamente, fueron abroncados y pitados. Y lo mismo les sucedió a la entrada del Parlamento catalán, donde se celebró una recepción oficial.

"Una condecoración"

La sensación generalizada entre los dirigentes del PP era la de haber sido dejados indefensos por la policía. El consejero de Gobernación, Xavier Pomés, admitió a media mañana que quizá el dispositivo habría podido ser mejor. Pomés se comprometió a estudiar el vídeo que recogió los incidentes para ver si la actuación policial fue correcta.

Después de la agresión al PP, los jóvenes independentistas continuaron la bronca, aunque con menos agresividad, contra el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación de Barcelona y la dirección del PSC. Los partidos catalanes -incluida ERC- condenaron las agresiones y destacaron su carácter minoritario.

El PP reaccionó asegurando que la actuación incivil de un grupo de radicales no va a modificar su orientación y se reafirmó en la decisión de promover un "catalanismo abierto, centrado y comprometido con España", según afirmaron más tarde tanto Vidal-Quadras como otros dirigentes del partido. "Llevo esta mancha con orgullo y como una condecoración", exclamó Vidal-Quadras por la tarde al mostrar a sus militantes la señal dejada por un huevo en su americana. Y luego añadió que "la intolerancia, la barbarie, la violencia y la irracionalidad" de sus agresores eran la marca del nacionalismo excluyente que el combate.

Vidál-Quadras hizo estas afirmaciones en un acto del partido, una comida al aire libre con la que el PP celebraba la Diada, a la que acudieron algo más de un millar de militantes. En este acto, celebrado en Mataró, a 30 kilómetros de Barcelona, hizo su primera intervención ante los, afiliados del PP el ex convergente Josep Maria Trias de Bes, quien agradeció la acogida de que ha sido objeto, calificó de "ignominia" la agresión sufrida por la mañana y dijo que esa es la marca del "catalanismo excluyente", justamente lo contrario del catalanismo "abierto y tolerante" que el PP propugna.

Invitados en su calidad de compañeros de partido, participaron también en este acto los presidentes de Aragón y la Comunidad Valenciana, Santiago Lanzuela y Eduardo Zaplana, y el presidente del PP de Castilla-La Mancha, José Manuel Molina. El presidente aragonés recordó los siglos durante los cuales Aragón, Cataluña y Valencia formaron parte de la misma confederación y en ella consagraron una relación basada en la tolerancia. Lanzuela destacó: "[Cataluña y Aragón.] comparten una larga franja de territorio en la que se hablan los dos idiomas, el catalán y el castellano, y vamos a potenciar los dos".

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