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Los tres hermanos Anglés estuvieron en la caseta del crimen de Alcàsser

EL PAÍS, Las pruebas del ADN confirman que los hermanos Antonio, Mauricio y Roberto Anglés visitaban con regularidad la caseta donde fueron asesinadas las tres adolescentes de Alcàsser (Valencia) en noviembre de 1992. La participación de Antonio Anglés, prófugo de la justicia, se ha considerado segura desde el primer momento. También participó en el triple crimen, presuntamente, Miguel Ricart, que permanece en prisión preventiva.

Los investigadores han indagado la participación de otras personas, pero no existen pruebas concluyentes de esa circunstancia. Los hermanos Roberto y Mauricio Anglés siempre han declarado que subían muchos fines de semana a la caseta donde se produjo el crimen. No es extraño, por tanto, que se hayan encontrado restos suyos en el lugar. El Instituto Nacional de Toxicología remitió a finales de julio al juez instructor del caso un informe sobre las pruebas del ADN efectuadas a partir de restos de cabellos, semen y de manchas de sangre descubiertas en el lugar del crimen. Los cabellos corresponden a Mauricio Anglés y los restos de sangre a Roberto Anglés. El semen pertenece a un hijo de Neusa Martins -la madre de los Anglés-, pero se descarta a Mauricio y Roberto.Todo parece indicar, por tanto, que el semen corresponde a Antonio. También se han encontrado y analizado restos de vello en el automóvil presuntamente utilizado para transportar a las tres adolescentes al lugar del crimen. Ese vello corresponde a Miguel Ricart. Fuentes del caso explicaron a EL PAÍS que el informe demuestra que conocían el lugar -algo que ellos nunca han negado-, pero nadie puede deducir que participaron en el asesinato, ya que no puede demostrarse que se encontraban allí aquel día.

Ahora se está a la espera del nuevo informe de Luis Frontela, especialista en medicina legal. Después de ese informe, la instrucción del caso estará concluida y podrá abrirse la fase oral. Si las partes no solicitan nuevas pruebas a la vista de las conclusiones de Frontela, el juicio oral podría celebrarse antes del próximo verano. En el banquillo se sentaría únicamente Miguel Ricart, ya que el segundo procesado, Antonio Anglés, está declarado en rebeldía.

Miriam García, Desirée Fernández, ambas de 14 años, y Antonia Gómez, de 15, se dirigían a una discoteca de Picassent el 13 de noviembre de 1992. Fueron recogidas, supuestamente, por Antonio Anglés y Miguel Ricart, quienes las llevaron a una caseta perdida en la montaña, donde las violaron repetidamente y luego las asesinaron. Los cadáveres fueron hallados a finales de enero de 1993. Ricart fue detenido inmediatamente, mientras que Anglés huyó.

Fernando García, padre de Miriam, reiteró ayer que existen más de dos implicados. García criticó el oscurantismo que rodea el caso y anunció que piensa encargar una investigación paralela a la judicial. El padre de Miriam mantiene que Antonio Anglés y Miguel Ricart fueron los ejecutores de los asesinatos, pero considera que otras personas están relacionadas con el mismo.

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