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Pujol muestra ahora su preferencia por no adelantar las elecciones catalanas

Jordi Pujol declaró ayer que ante la pérdida de credibilidad del Gobierno, CiU no tiene por qué hacer el sacrificio de anticipar las elecciones catalanas. Según el presidente de la Generalitat, CiU planteó el anticipo electoral catalán para no perjudicar la presidencia europea de España y consolidar un giro económico. "Era un acto pensando en el interés general español. Si esto no se puede aprovechar por la descomposición del Gobierno, todo este esfuerzo no vale la pena y no tenemos por qué hacer este sacrificio. Convocamos las catalanas cuando corresponden. Ni tan siquiera en marzo, pueden ser en abril", dijo.

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El control del calendario

Líderes del PP y del PSC han acogido con escepticismo el hecho de que Pujol manifieste ahora su preferencia por no adelantar las elecciones catalanas. Pujol hizo estas manifestaciones en una entrevista concedida el pasado viernes a La Vanguardia y publicada ayer. El sábado, en Tarragona, el propio Pujol declaraba ante los periodistas que si finalmente anticipaba las elecciones catalanas sería a causa de la debilidad del Gobierno. Aseguró que si adelantaba los comicios autonómicos sería para facilitar que después pudieran hacerlo los demás. "Ellos tendrán que adelantar las elecciones y esto nos obliga a adelantarlas a nosotros", afirmó el sábado.El líder de CiU ha defendido históricamente el agotamiento de las legislaturas en Cataluña, pero la situación política española propició que Pujol propusiera adelantar las autonómicas para evitar que coincidieran las elecciones generales y las catalanas, algo que quiere evitar a toda costa. En Convergència se considera que aunque Pujol prefiere mantener el calendario de las catalanas, cualquier indicio de que González pueda convocar las legislativas para marzo o abril de 1996 obligaría a Pujol a adelantar las catalanas.

Falta de credibilidad

En la entrevista a La Vanguardia Pujol asegura que "ya no hay ni clima ni disponibilidad para la negociación con el Gobierno" y se aproxima al análisis de su socio de coalición, Josep Antoni Duran Lleida, que ayer mismo, en una entrevista publicada en EL PAÍS, aseguraba que ya no hay gobernabilidad que mantener. Duran y dirigentes de Convergència presionan desde hace semanas a Pujol para que no anticipe las elecciones catalanas y fuerce el adelanto de las generales. En la mencionada entrevista concedida a este diario, Duran aseguraba que "el camino para alargar la legislatura a diciembre está plagado de minas".La misma semana en que varios ministros manifestaban su confianza en poder iniciar las negociaciones del presupuesto con CiU, Pujol reafirma el anuncio hecho por Duran Lleida el pasado martes en el sentido de que no habrá negociaciones, si es que éstas proceden, hasta no haber aclarado el horizonte político español. CiU se ha comprometido a exponer su postura definitiva la próxima semana. De hecho, Pujol envió el pasado 21 de agosto una carta al consejero de Economía, Macià Alavedra, en la que le advertía que no debía iniciar ninguna discusión sobre los presupuestos sin que antes CiU hubiera analizado la situación política. "Hace un año nos habríamos sentado a discutirlos automáticamente y Alavedra hubiera ido sin pedir permiso. Pero eso vale para todo. Ni el Gobierno puede iniciar negociaciones sobre nada ni nosotros podemos hacerlo sin ver antes claras las perspectivas", manifiesta Pujol en la citada entrevista. El presidente de la Generalitat niega que cultive esta incertidumbre para obtener mayores contrapartidas del Gobierno. "Desde julio no hemos pedido ninguna nueva negociación, ni económica ni autonómica ni de nada".

El líder del PP en Cataluña, Aleix Vidal-Quadras, manifestó a Efe que las palabras de Pujol responden a dos posibilidades: "Que se trate de una última presión al Gobierno a la hora de negociar los presupuestos y otras cuestiones de interés para CiU o que, realmente, Pujol haya tirado la toalla". Tras exclamar que "ojalá" sea cierto que Pujol interrumpe su apoyo, Vidal-Quadras matiza: "Hasta que no lo vea no lo creeré".

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Según el líder conservador, si Pujol fuera sincero "estaríamos ante una buena noticia para España por el adelanto de las elecciones generales, ya que es lo que el país necesita". "Con Pujol" prosiguió Vidal-Quadras, "nunca se puede saber sus intenciones porque es un maestro en ambigüedad y disimulo, pero si fuera sensato haría lo que anuncia". Vidal-Quadras descarta que la razón profunda de Pujol para no adelantar las elecciones catalanas sea el interés general. "Lo que le ha movido son las sombrías perspectivas electorales de Convergència y Unió ante las autonómicas".

El miembro de la ejecutiva del PSC Josep Maria Sala quitó importancia a las declaraciones de Pujol. Según el político socialista, con las manifestaciones publicadas ayer parece que Pujol quiera celebrar las elecciones autonómicas en 1996 y, en cambio, el sábado en Tarragona parecía afirmar que las catalanas serían este año. "Lo que dice Pujol tiene poco interés porque dice cosas totalmente contradictorias o simplemente es que él está confuso e inseguro", afirma Sala, que reprocha al líder de CiU haber proyectado esta confusión a la vida española.

Tras asegurar que las palabras de Jordi Pujol deben entenderse en clave electoral, en un intento de retener el voto de centroderecha que puede fugarse al PP, el político socialista asegura que Pujol está repitiendo la mayoría de las cosas que estos últimos días dice Duran Lleida, "que es quien marca la estrategia de aproximación al PP dentro de CiU". El también socialista Salvador Clotas manifestó que espera que el sentido de Estado de Pujol le lleve a negociar los presupuestos.

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