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Los grandes del rock inauguran el museo de Cleveland

Springsteen, Dylan, James Brown y Chuk Berry actuaron ante 60.000 personas

Nadie sabía exactamente quién iba a ser el próximo en actuar, pero a lo largo de las siete horas que duró el concierto de inauguración del Rock and Roll Hall of Fame Museum de Cleveland, se fueron sucediendo en el escenario a lo largo de la noche del sábado casi todos los grandes nombres del rock anglosajón, dejando expectantes a los cerca de 60.000 asistentes hasta el último minuto.

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Toda la vida ante los ojos

Empezando por un dúo de Bruce Springsteen y Chuk Berry, desfilaron figuras como James Brown, Little Richard, Jerry Lee Lewis, Bob Dylan, Aretha Franklin, Lou Reed, Iggy Pop, George Clinton, The Kinks, Thé Pretenders, Eric Burdon, Bon Jovi y muchos otros que dieron una demostración incontestable de por qué el rock es un género musical fundamental de nuestro siglo, por qué se puede ya hacer historia de él y por qué le queda también mucho tiempo de vida.El rock tiene ya un hermoso museo que reúne con dignidad, belleza, buen humor e inteligencia los cerca de cincuenta años de su historia, y el sábado quiso celebrarlo dejando muy claro que se trata de un arte absolutamente vivo. Una buena parte de las leyendas que integran sus mejores años todavía es capaz de ofrecer espectáculo. Las viejas estrellas fueron capaces de dar tanta marcha como los más jóvenes.

La tarde empezó con un Johnny B. Goode, a cargo de un dúo impresionante: Chuk Berry y Bruce Springsteen. A partir de ahí siguió un incesante torbellino que llevaba a escena, con un promedio de dos temas por artista, a una constelación de estrellas del rock nunca antes reunidas. Los organizadores supieron resolver la complicación con un escenario rotatorio al centro y uno pequeño en el lateral. Dos pantallas de vídeo emitían imágenes de viejas canciones de algunos de los grandes desaparecidos, como Jimi Hendrix, Janis Joplin, John Lennon o Jim Morrison, cuando se hacían necesarios unos minutos entre actuación y actuación.

Participantes

A modo de resumen citaremos toda la lista de participantes en este concierto. Por orden de aparición fueron, después de los ya citados: John Mellencamp; Bon Jovi, Eric Burdon, Melissa Etheridge, Dr. John, Al Green, Chrissie Hynde (The Pretenders), Johnny Cash, Jackson Browne, Aretha Franklin, John Fogerty, Iggy Pop, Lou Reed, Sheryl Crow, George Clinton, The Kinks, Nancy Wilson, Bruce Springsteen, Jerry Lee Lewis, Natalie Merchant, Robbie Robertson, Bruce Hornsby y The Grateful Dead, Bob Dylan, Book T. Jones and The MJ's, Sam Moore, Richie Sambora, Slash, James Brown, Little Richard, Mary Wilson (de las Supremes) y, para acabar como empezó, Chuk Berry.Semejante cartel dio lugar a encuentros inusitados y dúos hasta entonces improbables en la historia del rock. Ver a Dylan y Springsteen cantando uno al lado del otro Forever young, y a este segundo (que oficiaba como uno de los anfitriones) tocando frenéticamente la guitarra junto a Jerry Lee Lewis en Great balls of fire, o a Johnny Cash y John Mellencamp, Jackson Browne con Melissa Etheridge, Al Green con Aretha Franklin (uno de los grandes momentos de la velada), Robbie Robertson con Dr. John al piano y Sheryl Crow en los coros, Richie Sambora con Jon Bon Jovi cantando Imagine y Slash tocando la guitarra para la voz de John Fogerty fue, por decir poco, inesperado y a veces emocionante.

Como se trataba de un homenaje al rock como género, la mayoría de los músicos interpretó alguna versión de un tema clásico, salvo los que eran clásicos en sí mismos y escogieron alguno de sus grandes éxitos. Sin embargo, y sin querer, se estableció a lo largo de todo el concierto una competencia desinteresada entre el soul y el rock por mantener el ánimo de la gente en alto. Era muy difícil lograrlo con dos canciones por participante, método del anticlímax por excelencia, y con una jornada maratoniana como aquella. Y, curiosamente, hay que admitir que ganó el soul Los mejores momentos fueron los logrados por James Brown (con un perturbador This is a man's world) y Aretha Franklin a dúo con Al Green. Quizá porque a los rockeros, aunque insignes y con unas actuaciones notables, especialmente las de Springsteen, Dylan, Fogerty y The Kinks, les faltaba algo. El rock mostró su lado vivo, pero no su lado salvaje. Sólo Iggy Pop logré inquietar en sus cinco minutos de actuación. Hubo espectáculo de museo, pero faltó parte del espíritu rebelde, adormecido -que no muerto- en las grandes estrellas del rock actual.

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