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Los vecinos de Vicálvaro temen que una mina "se coma" su mayor parque

Antonio Jiménez Barca

La mayor explotación de sepiolita de Europa se encuentra al lado del mayor parque de Vicálvaro, y los vecinos de este barrio temen que la mina termine por engullir la zona verde de 40 hectáreas. "Ya han hecho prospecciones", denuncia Pedro García, director de la Asociación de Vecinos de Vicálvaro. La empresa Tolsa, al frente de la explotación, confirma las pruebas: "Ahí hay mineral y tenemos la concesión para explotar la zona; eso sí, aún no hay un plan preciso, pero si se nos ocurre extraer mineral de allí, repoblaremos todo", afirma José Ramón Granda, directivo de Tolsa.

Los vecinos de Vicálvaro, un barrio habitado por cerca de 40.000 personas, no creen del todo al responsable de explotaciones de Tolsa, José Ramón Granda. "La mina ha ido pelando la zona y esta empresa nunca ha puesto un árbol. ¿Cómo vamos a imaginar que si explotan el parque lo van a repoblar?", indica García.La empresa Tolsa tiene una respuesta a estas inquietudes: "Hasta ahora, el terreno explotado se encontraba debajo de zonas de secano; si antes no había árboles no teníamos por qué plantarlos", precisa Granda.

40 árboles

La posible conversión del parque en una mina no es el único problema que enfrenta a Tolsa con los habitantes del barrio de Vicálvaro. La Junta de Distrito de Vicálvaro obligó a la empresa minera a erigir una valla que separará el terreno de la explotación del parque, para que la fricción fuese la mínima posible.Según García, al erigir la valla, la empresa destruyó "unos cuarenta árboles". El lunes pasado, además, la valla estaba abatida. "Normal", arguye también el presidente de la Asociación de Vecinos de Vicálvaro, "cerraba el paso de la gente al polideportivo y la tiraron".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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