HACIENDA Y LAS PROSTITUTAS ITALIANAS
Las prostitutas italianas tendrán que presentar la declaración de la renta y pagar impuestos. La Guardia de Finanzas de Giulianova, en Téramo, ha denunciado a una de ellas, de 27 años, por no haber cumplido con la Hacienda pública, y calcula que ha evadido alrededor de 200 millones de liras (unos 16 millones de pesetas) en poco más dedos años de actividad. La policía financiera estuvo siguiendo la noche a noche, en insólita misión, durante casi dos meses, e investigó su patrimonio y cuentas bancarias. Incluso encontró en su casa dos precontratos para la compra de sendos apartamentos. En su informe concluye que la joven, que después de tan exhaustiva investigación resultó ser un hombre, gana entre 40.000 y 80.000 pesetas diarias, con una media de 15 clientes -"15 unidades", los llama el escrito-, y le hace las cuentas, que salen abultadamente a favor del fisco. La solución legal no es fácil, porque el impreso de la declaración de la renta estipula que el dinero obtenido por actividades ilícitas -y en Italia la prostitución lo es- no está sujeto a impuestos, exactamente lo contrario que dice una ley de diciembre de 1993, concebida para meter en raya fiscal a los protagonistas de la corrupción. Hacer pagar a las prostitutas -como, por otra parte, ellas han solicitado repetidas veces- es tanto como reconocer implícitamente la legalidad de su trabajo, aunque el ministro de Hacienda, Augusto Fantozzi, insiste en que ahora es legal en Italia gravar con impuestos las actividades ilegales. Problema de solución difícil, ante las fauces siempre abiertas del- Ministerio de Hacienda.-
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