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GUERRA DE LOS BALCANES

El mito de la Serbia invencible se resquebraja

La población, harta de la guerra, ha perdido su confianza en unos líderes que la llevaron a una aventura militar imprevisible

El mito serbio se desmorona. La victoria inapelable del Ejército croata en el flanco militar más débil, el de la Krajina, ha bastado para poner en cuestión el poderío de una fuerza que durante cuatro años ha ocupado buena parte del territorio de Croacia. Es cierto que el ataque croata se produjo por sorpresa, con total impunidad y con, el consentimiento de las potencias occidentales, pero al mismo tiempo puso al descubierto dos hechos desconocidos por muchos observadores: la potencia militar serbia en Croacia, cuatro años después del comienzo de la guerra, dejaba mucho que desear; y nadie en Serbia se movilizó para combatir contra los croatas.El mismo día que las tropas croatas entraban en Knin, capital de la autoprocla ada República Serbia de Krajina (RSK), la asociación de veteranos de guerra hizo un llamamiento en Belgrado a acudir en defensa de los hermanos de Krajina. Dos autocares estaban preparados para viajar al frente. Diez hombres, algunos en estado de ebriedad, respondieron a la, llamada. Quedan lejos los días en que numerosos jóvenes se alistaban voluntariamente en la capital serbia para combatir primero. en Croacia y después en Bosnia. La gente, y de manera significativa los hombres en edad militar, está cansada de la guerra y ha perdido toda confianza en unos dirigentes que lanzaron á todo un pueblo a una aventura militar de consecuencias imprevisibles.

Paradójicamente, estos mismos dirigentes, con Slobodan Milosevic a la cabeza, y el coro de intelectuales de la, Academia de Ciencias que construyeron el mito nacionalista panserbio no movieron un dedo ante la primera embestida croata. La Gran Serbia ya no podrá construirse con la Krajina, reconquistada y purificada a sangre y fuego por los soldados del presidente croata, Franjo Tudjman. Entre el 75% y el 80% de las casas de serbios en Krajina fueron incendiadas o destruidas durante la ofensiva croata, según ha denunciado el Comité de Helsinki para los derechos humanos.

Ante el riesgo de una segunda embestida del Gobierno de Zagreb en Eslavonia oriental para reconquistar los últimos territorios ocupados, cientos de miembros del derrotado Ejército serbio de Krajina están siendo movilizados por la fuerza en Serbia, adonde llegaron como refugiados. Se trata de hombres en edad militar, que perdieron casas y tierras, que se sienten engañados por Milosevic y que ahora son enviados al frente de Eslavonia, oriental. Hay unos 25.000 en Serbia. La policía se presenta en los centros de refugiados o en las casa donde han sido acogidos. Tienen siete días para ir al frente. Milica Lucic-Cavic, presidenta del Centro por la Acción contra la Guerra, en Belgrado, advierte del riesgo de que esto hombres desesperados puedan ser utilizados fácilmente por el radicalismo nacionalista de la propaganda de Vojislav Seselj líder del Partido Radical Serbio, segundo en los sondeos. Los refugiados de Krajina, con. un mínimo nivel cultural, "son un potencial para las posiciones más radicales que podría alterar el equilibrio político de Serbia", subraya Milica Lucic.

Muchos de los movilizados son enviados a Erdut, una localidad a orillas del Danubio en la que hay un importante centro de entrenamiento del líder de las formaciones paramilitares serias Zeljko Raznatovic, alias Arkan, que estos días circula por las carreteras de Eslavonia oriental a bordo de su Mitsubishi con los cristales oscuros, rodeado de guardaesaldas.

La presidenta del centro contra la guerra reconoce la impotencia de su organización ante los numerosos hombres que estos días piden ayuda para no tener que ir al frente. "Sólo podemos ayudarles a esconderse, cambiando de apartamento. Hemos enviado cartas de protesta a Milosevic, Amnistía Internacional y otras organizaciones humanitarias".

El reclutamiento forzoso de los refugiados de Krajina no ha sido discutido en modo alguno en el Parlamento serbio, aunque son pocas las voces que se levantan contra la guerra. "Es muy difícil convocar actualmente acciones de protesta y manifestaciones. Cuando se cumplió el tercer aniversario del cerco de Sarajevo convocamos una manifestación en pleno centro de Belgrado. Era un sábado a las doce del mediodía. Sólo acudieron 200 personas", recuerda Milica Lucic, una veterana periodista cuyo antimilitarismo y firmeza contra el fanatismo nacionalista puso fin a sus 26 añós en la televisión de Belgrado. Popular presentadora y comentarista sociopolítica, Milica perdió su trabajo por disidente.

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