La policía italiana irrumpe en un crucero y rescata al 'arrepentido' Buscetta
La publicación en el semanario Oggi de fotografías y declaraciones del número uno de los arrepentidos de la Mafia, Tommaso Buscetta, Don Masino, mientras, con nombre falso, hacía un crucero por el Mediterráneo con su mujer, Cristina, y su hijo Stefano, de 15 años, provocó en la madrugada de ayer la intervención de "un medio militar" italiano (tal vez un helicóptero) que, en pocos minutos, sacó de la nave Monterey y llevó a lugar secreto a la garganta profunda de Cosa Nostra. Buscetta, gran acusador de Giulio Andreotti, anuncia "nuevas revelaciones" sobre la relación con la Mafia del siete veces primer ministro.
El llamado boss de los Dos Mundos, que lleva más de diez años colaborando con la justicia italiana y que permitió al superjuez Giovanni Falcone (posteriormente asesinado) poner en pie el maxiproceso de Palermo y acusar en él a toda la cúpula de la organización criminal, realizaba un crucero, que pagó de su bolsillo, por Egipto, Israel, Grecia y Turquía.Las fotos le muestran con las huellas de una reciente operación de cirugía plástica y vestido con el típico aspecto de turista americano, sin faltarle detalle, hasta con la gorrita de Walt Disney.
En otras fotografías se le ve saludando al comandante del barco junto con su mujer, o en bañador. Iba protegido por el Mosad, el servicio secreto israel y con conocimiento de las autoridades antimafia italianas, que le desaconsejaron el crucero, pero sin que los jueces de Palermo tuvieran noticia de lo que alguien ha calificado de ligereza, habida cuenta del alto riesgo de ser objeto de la vengaza de sus antiguos compañeros mafiosos.
El fotógrafo Paolo Rocca ha contado que las instantáneas fueron tomadas por un pasajero al que el redactor que firma la noticia entregó la cámara. Hay fotos de Buscetta tomando el sol, durmiendo en un autobús en Jerusalén, junto a su mujer, y hasta en el Muro de las Lamentaciones.
El magistrado Pietro Grasso, de la Comisión de Seguridad de los Arrepentidos, señaló ayer que Buscetta está libre, sin cuentas pendientes con la justicia; que no había exigencias procesales que aconsejaran retenerlo y que iba sometido a protección.
Estas declaraciones salían al paso de quienes apuntaron la alarma desencadenada no sólo por el peligro corrido por Don Masino -como ha señalado su abogado-, sino por el gravísimo riesgo a que estuvieron sometidos los 600 pasajeros de la Monterey, la nave almirante de la compañía napolitana Starlauro, sustituta de la secuestrada y, más recientemente incendiada, Achille Lauro.
La pregunta clave ayer era qué habría sucedido si el soplo que recibió la revista Oggi, con tintes del corazón, hubiera llegado a la Mafia, que desde hace años, tiene puesto un precio de decenas de miles de millones de liras por Buscetta, vivo o muerto, y cuya familia ha diezmado.
Tominaso Buscetta, de 67 años, se refiere en sus declaraciones de "una fuga de amor", del cumplimiento de una promesa hecha a su mujer, de 46 años, que por los sufrimientos pasados estaba perdiendo la movilidad de las piernas. "Mi mujer", afirma, "me había implorado que la llevara a Tierra Santa, un sueño suyo. Es muy católica, como yo".
El ex potente boss de la familia de los corleoneses asegura que hará nuevas revelaciones en la vista del proceso contra Andreotti, que debería comenzar en septiembre, y sentencia: "Deseo que sea condenado; va contra mi moral desear mal a los demás. Pero ante, Dios tengo la conciencia tranquila".
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