Baviera se enfrenta al Constitucional y decide dejar los crucifijos en la escuela
El primer ministro bávaro, Edmund Stoiber, afirma hoy desafiante, en una entrevista en el diario Bild, que mantendrá los crucifijos colgados en las escuelas, a pesar del polémico decreto del Tribunal Constitucional alemán que exige a Baviera retirar las imágenes.La decisión de Stoiber encuentra el apoyo de la mayoría de la población de este Estado de fuerte raigambre católica. Según una encuesta publicada la pasada semana, un 58% de los alemanes rechaza el controvertido decreto del Constitucional, y sólo lo suscribe un 37% de las personas preguntadas. Profesores, padres y alumnos coinciden casi por unanimidad en que la imagen de Jesús muriendo en la cruz debe seguir en las aulas.
El enfrentamiento está servido y la polémica amenaza con adquirir dimensiones que sobrepasan el problema concreto de los crucifijos. Ya han comenzado los duros ataques al alto tribunal, con las amenazas incluso de ignorar sus sentencias. Una crítica antes inimaginable por referirse a uno de los pilares en que se asienta la democracia alemana tras la Segunda Guerra Mundial.
El debate sociológico toca el tema de la separación de Iglesia y Estado en Alemania y de hasta dónde la Constitución debe apoyar los valores mayoritarios o proteger a las minorías. El arzobispo de Múnich urgió la pasada semana a los católicos bávaros a dejar los crucifijos donde están. La Iglesia católica prepara una masiva manifestación para el próximo 23 de septiembre bajo el lema La Cruz está aquí para quedarse. Las críticas no han venido sólo del Vaticano y los obispos, sino de políticos de primera fila, incluido el propio canciller Helmut Kohl.
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