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GUERRA DE LOS BALCANES

Croacia concentra 10.000 soldados en Dubrovnik

Juan Carlos Sanz

Mientras los habitantes de la histórica ciudad de Dubrovnik, declarada patrimonio de la humanidad, cubrían ayer con tableros y sacos terreros los monumentos, Croacia terminaba de concentrar a unos 10.000 soldados en este extremo sur de la costa dálmata, según fuentes de la ONU, que predicen que las tropas de Zagreb pueden lanzar una ofensiva "en cuestión de días" contra los serbios de Bosnia.

"La situación es extremadamente tensa", aseguraban ayer los portavoces de la Fuerza de Paz de las Naciones Unidas en Croacia (Uncro), que, escaldados tras la operación relámpago de Krajina, huyen del agua templada. Sobre el terreno, no resulta difícil comprobar que la carretera del Adriático está desierta a partir de unos 100 kilómetros al norte de Dubrovnik y que los habitantes de las barriadas exteriores cumplen a rajatabla el toque de queda y permanecen en los refugios. En los alrededores de la vieja ciudadela de murallas blancas sólo se ven soldados con cámaras fotográficas y los observadores independientes sólo han podido constatar los disparos de los lanzacohetes croatas contra posiciones serbias.El bombardeo del Ejército nacional yugoslavo del otoño de 1991 contra la histórica Dubrovnik se quedó grabado en la memoria colectiva de croatas y de muchos europeos.. Esta ciudad, que fue lugar de paso obligado en los circuitos turísticos del Adriático, sigue arruinada desde entonces por los sistemáticos ataques de la artillería serbobosnia contra su aeropuerto.

Fuentes diplomáticas europeas en Croacia consideran que el Gobierno de Zagreb no emprenderá una nueva acción militar mientras EE UU siga impulsando su iniciativa de paz para los Balcanes. En ese sentido, el presidente croata, Franjo, Tudjman, dijo ayer que su país desea evitar nuevas guerras.

Adiós al protector

Con el mismo modelo de Oriente Próximo -paz por territorios étnicamente homogéneos-, la iniciativa de Washington parece recibir el espaldarazo de Naciones Unidas, que ayer anunció en Sarajevo la retirada de 90 cascos azules ucranios del enclave bosnio de Gorazde, así como la salida, dentro de tres semanas, de los 180 soldados británicos que completan la guarnición de esta zona protegida por la ONU. Un puñado de observadores y controladores aéreos serán a partir de entonces los únicos encargados de defender a sus 60.000 habitantes.

Los responsables de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) consideran que todos ellos estarán suficientemente protegidos por la fuerza aérea de la OTAN. El único enclave musulmán que aún subsiste en el este de Bosnia puede tener los días contados.

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En la carrera frenética por la posesión del territorio, que conlleva-éxodos masivos de población como el de los cerca de 150.000 serbios huidos de Krajina, la radio bosnia anunciaba ayer que las milicias croatobosnias (HVO) se habían apoderado del nudo de carreteras de Drvar, en Bosnia occidental, hecho desmentido por los serbios. La ONU dijo no disponer de elementos para sostener la versión bosnia, pero sí para confirmar que la localidad está rodeada.

La artillería croata bombardeó ayer Bosanski Petrovac, 28 kilómetros al norte de Drvar, y había causado cinco muertos y 15 heridos entre la población civil. Éste es uno de los objetivos de la Armija (Ejército bosnio), que desde el sur de Bihac, pretente descender hacia la misma Drvar.

En Sarajevo, mientras, una granada de mortero impactó en un autobús en el barrio de Dobrinja, cerca del aeropuerto. El ataque procedía, según los primeros datos, de las líneas serbias situadas a 300 metros y causó la muerte a una joven y 15 heridos.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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