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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El único mensaje

EL 'COMANDO' etarra detenido en Mallorca proyectaba asesinar hoy al Rey. Sin descartar que su propia megalomanía haya magnificado los detalles en la declaración ante el juez -es más fácil imaginar que realizar ese criminal proyecto con posibilidades reales de huír-, es evidente, sin embargo, que ha existido un peligro cierto. El objetivo desestabilizador es tan transparente, pero de mayor audacia, qué el pretendido con el intento, de asesinato de Aznar.El único móvil de ETA es colocar al Estado en una situación de debilidad que haga verosímil la idea de una negociación política. Para ello ha ensayado tres vías principales de provocación. Primeramente, contra las Fuerzas Armadas y de seguridad; más tarde, contra la población, de manera indiscriminada. Ahora parece que la línea es demostrar la vulnerabilidad de las personalidades que encarnan las instituciones y garantizan su continuidad.

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ETA quería matar hoy al Rey

Los estrategas de ETA cuentan con que, por brutales que sean sus actuaciones, siempre habrá personas lo suficientemente pusilánimes o necias como para deducir de sus atentados que ha llegado el momento de la negociación política. Algunas tertulias radiofónicas nunca defraudan esa expectativa. Ello alimenta la megalomanía de unos activistas siempre dispuestos a creer que tal vez elevando el tiro consigan convencer a los irreductibles de que no hay otra solución que negociar.

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Es decir, premiar su audacia con el acceso a objetivos políticos que en manera alguna habrían conseguido de manera pacífica y democrática: cambiar la Constitución en determinado sentido, Navarra, etcétera. Pensar que tras semejante éxito los terroristas, ellos o sus sucesores, iban a renunciar a seguir matando hasta la victoria final, es decir, la derrota total de 'la democracia, es una ingenuidad. Por eso, el mensaje de que no hay nada que hablar mientras no renuncien para siempre a la violencia debe ser el único que llegue a los terroristas. Cualquier equívoco al respecto sería ahora mismo una grave irresponsabilidad.

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