Los mismos de siempre
Son los mismos de siempre. En otras épocas, como se quejaba un famoso escritor del Siglo de Oro, denunciaban a la Inquisición.al vecino cuyos pollos ridiculizaban al Papa diciendo "pío, pío". Después de quemar o echar de España a todos los disidentes, se apuntaron a la estricta. moral del manguito, escote y falda larga. Hoy, que ha llegado el destape, despellejan y maltratan al prójimo con pretendidos dogmas de belleza o salud (gordura, fumar en privado, etcétera). Hasta se escudan tras la ecología: he visto estos días a uno de esos fariseos seudoecologistas reprochar al miembro de una ONG que pegaba carteles contra el genocidio en Bosnia "porque ya sabemos lo de Bosnia, y está desperdiciando papel". Esas caricaturas perjudican los movimientos que dicen querer fomentar (lo que no siempre comprenden algunos de sus dirigentes, contentos con cualquiera que haga bulto y grite). Porque esos pretendidos militantes no tienen más religión, ni moral, ni causa que la de fastidiar al prójimo.-
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