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AL CAER LA TARDE: CENA BARATA Y A LA FRESCA

A Moncloa con la tartera

Es una Moncloa distinta de tartera y tortilla de patatas. La Dehesa de la Villa, junto a Tetuán, ha sido, de siempre, un lugar donde merendar al aire libre. Antes, cuando apenas se utilizaban los coches, los madrileños llegaban a pie con sus viandas y pasaban el día en este parque. Ahora la Dehesa ya no es destino de excursiones domingueras, pero sí se mantiene la costumbre de acudir a cenar entre sus árboles en las noches veraniegas. Es una de las pocas zonas donde los clientes pueden consumir sus propios platos en la mayor parte de las terrazas.Doña Pilar, una coqueta abuela de 79 años vecina de Bravo Murillo, ha conocido medio siglo de meriendas en este parque. "Hace décadas las familias, entre ellas la mía, llegaban caminando desde otros barrios, entre ellos el de Malasaña, cargados con los cestos de la comida" explica. "Se venía aquí de excursión como ahora se va la gente a Cercedilla o a la Pedriza", añade.

Pasado el tiempo, esta mujer sigue fiel a su cita, estival con la, Dehesa. Ahora acude con sus nietos y sus bisnietos, que viven en el Pinar de Chamartín.

Ya no se acercan a pie, sino en coche. "Nos pilla un poquito lejos, pero aquí los críos pueden jugar sin problemas de tráfico" explica Gloria, su nieta de 33 años, mientras corta rodajas de chopped-pork y otros embutidos. Sus dos hijos, David y Hugo, de siete y cinco años, están contentos con el periplo familiar de Charnartín a Moncloa. "Aquí hemos hecho ya amigos" aseguran mientras sorben sus refrescos.

Cerca de la mesita donde ellos cenan, grupos de chavales juegan en los columpios y en una cancha de baloncesto. El lugar es bueno para llevar a los niños y también a los perros, que campan a sus anchas por el lugar, lo cual no es del gustó. de toda la concurrencia.

Manuel, Pepa, Álvaro y Raquel, dos parejas de cuñados con sus tres niños y un perro¡ llegan a las terrazas cargados con dos grandes bolsas de tela.

Dentro se adivinan tarteras y barras de pan., "Traemos lo clásico, clásico: tortilla de patatas, pimientos, filetes empanados", aseguran. Dos de ellos han nacido en Tetuán y conocen el parque de toda la vida.

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"Veníamos de pequeños y ahora también con nuestros amigos, es un lugar cercano y sale económico, es ese sitio que siempre está ahí y al que recurres verano tras verano", explican. Aquí hemos celebrado. cumpleaños y otros acontecimientos, son terrazas más informales donde no tienes que estar pendiente de los críos", añaden.

Tres de los cuatro quioscos con terraza abiertos en la, Dehesa permiten a los clientes llevar su propia comida. Sólo el más antiguo, el de La Paloma, permanece abierto durante todo el año en horario de mañana y tarde. Los otros dos, Barrachina y El Tobogán, levantan la persiana con la primavera y la echan en otoño con un horario que comienza a media tarde y finaliza según la clientela. Eso si, a climatología puede trastocar os planes.

Hay un cuarto chiringuito junto a la calle de Francos Rodriguez donde no está permitido llevar comidas. En él abunda la gente joven porque el ambiente es más de marcha que de banquete.

Existen algunas limitaciones para que los clientes lleven sus propias viandas. En La Paloma, la zona de meriendas caseras está restringida a la mitad de las mesas. En Barrachina, los fines de semana a veces no permiten grupos muy numerosos con viandas propias. Y en El Tobogán sólo se puede llevar la merienda de lunes a viernes. Los precios de la bebida varían de un recinto a otro.- Un tercio de cerveza en las mesas puede costar de 250 a 350 pesetas, y una lata de refresco, de 250 a 325.

Además de las cenas lleva das por los clientes, las terrazas ofrecen raciones. Por ejemplo, una- tortilla de patata puede costar. de 950 a 1.100 pesetas; una ración de ensalada, de 4 50 a 500 pesetas, y un conejo al ajillo, de 2.000 a 2.450 pesetas.

Para quienes quieren gratuidad total existe otra opción: sentarse en las mesitas de madera del parque con todas las viandas -y la bebida- case ras. Allí se pueden ver familias enteras y grupos de jubilados echando la partida junto a una nevera portátil con bloques de hielo. A su alrededor pululan los deportistas y las parejas buscan recovecos en. el boscaje.

Merenderos de la Dehesa de la Villa. Terrazas La, Paloma, Barrachina y El Tobogán. Dehesa de la Villa. Metro Estrecho. Autobuses: 44, 64 y 127.

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