Celuloide con cerveza fría
Los viernes, sesión nocturna y gratuita en Brunete
Hollywood llegó en autobús a Brunete (3.000 habitantes) el pasado viernes, "Por favor, guarden silencio durante la película", gritó Tomás, de 66 años, al tiempo que puso en marcha la máquina de proyección. Un chorro de luz cortó la noche sobre la cabeza de 300 espectadores y salpicó de imágenes una inmensa sábana blanca que colgaba de la plaza de Oriente. Detras de la luz que salía del hueco de la portezuela de un microbús, se oculta la vida de un hombre: la de Tomás, un bosnio que vive en Boadilla del Monte y se dedica a proyectar películas cada noche en un pueblo. Los lunes , función en Boadilla; los martes, en la urbanización de Montepríncipe; los miércoles, en Moralzarzal; los jueves, en Hoyo de Manzanares; los sábados, en Aldea del Fresno, y el domingo, en Chapinería.A las 22.30 el león de la Metro rompía la calma con su rugido. Las 150 sillas que el Ayuntamiento puso en mitad de la plaza para el público estaban ya ocupadas 15 minutos antes de que comenzara la proyección. Muchos se quedaban de pie, otros se apresuraban a sentarse donde podían: muros, aceras, suelo... "Todo vale", gritaba un niño al tiempo que elegía su lugar.
Mejor que en el salón
Los más sedientos tomaron rápidamente las escasas mesas que un bar dispersó por la plaza. Disfrutaron de lo lindo al aire libre en una noche cálida de verano con. una jarra de cerveza fría en las manos y una película de acción en la pantalla: "Aquí se está mucho mejor que en el salón de tu casa", se jactó un espectador tras pegarle un buen trago a su bebida.Maite Jiménez,. de 35 años, casada con Luis Miguel Gil, de 37, y, con una niña, Elena, de cuatro, se quejaba: "No encontramos dónde sentarnos y para concentrarte en la peli tienes que estar a gusto". Esta familia había llegado en coche desdeVillanueva del Pardillo porque, decían, "lo hemos leído esta mañana en el periódico, pero no esperábamos que viniera tanta gente".
Durante la proyección los niños dejaban sus asientos para correr a una tienda de golosinas y refrescos que hay en la plaza. Salían de ella con las manos cargadas de bolsas llenas de dulces multicolores, y con refrescos de lata. Volvían a su silla e intrigados preguntaban a sus amigos: "Oye, ¿qué ha pasado?."María, de 12 años, no podía correr. Permanecía sentada en una silla de ruedas a. causa de una parálisis cerebral. Se divertía con la proyección acompañada por algunos familiares. "Este cine es mucho más cómodo que la mayoría. En Madrid hay muy pocas salas que estén preparadas para personas como yo", se quejó. ,Sentadas sobre un banco de piedra había tres niñas: Verónica, de 10 años, Noelia, de 8, y Lorena, de 6. Eran primas y veranean en el pueblo. Lorena se mostraba feliz durante la velada: "A estas horas ya tenía yo que estar en la cama" dijo con una sonrisa pícara.
Joaquín López (43 años) acudió a la proyección con su hijo mayor, de 13 años, y que se llama igual que el padre, y el menor, Alvaro, de 11 primaveras. Explicó que pertenecía a la generación del cine, "mientras que mis hijos son de la del vídeo", dijo. A ellos les contó: "Cuando yo era de vuestra edad [frase que muchos niños conocen de memoria] el cine ambulante era la diversión fundamental de los veranos de la década de los sesenta en los pueblos de España". Joaquín destacaba también la capacidad de convocatoria de la película: "En Brunete es muy difícil reunir a 300 vecinos juntos". Pero lo mismo puede ocurrir esta noche. La plaza de Brunete está dispuesta a albergar cine al aire libre cada viernes hasta mediados de septiembre.
Cine al aire libre. Hoy viernes en Brunete. Lugar, plaza de Oriente. A las 22.30. Se proyecta El peque se va de marcha. Gratis.
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