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"No me hablo con mi padre"

El boxeador vallecano Poli Díaz explica el incidente por el que ha sido denunciado

Paz Álvarez

Poli Díaz, El Potro de Vallecas, de 27 años, se tumbaba ayer en un floreado sofá de su casa. "Aquí, en este mismo sitio, estaba el día del jaleo. Oí voces fuera, pero no salí a la calle. Salió mi madre. Yo no me hablo con mi padre. Pero yo no salí. Yo, a mi padre, no lo toqué". El boxeador Poli Díaz se refiere a la noche del pasado lunes, cuando su padre, Nicolás Díaz, de 60 años, tuvo que ser atendido en el hospital Gregorio Marañón de diversas contusiones en la cara. Tras ser dado de alta, a la mañana siguiente, el hombre se dirigió a la comisaría de Vallecas, donde denunció a dos de sus hijos- al famoso púgil y al menor de los varones, Angel, de 17 años, también boxeador- por haberle propinado una paliza que le dejó KO.A Poli le acompañaban ayer en la casa su madre, Antonia, de 58 años; su hermano Angel, de 17; un familiar, Leandro; su entrenador, José Valenciano, y su representante, José Vázquez.

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"Eso que dice mi padre es nientira", asegura Poli." ¿Cómo se puede hacer caso a una persona alcoholizada y con trastornos mentales? Mi padre siempre está borracho y es muy violento con la familia. Me quieren hundir". ¿Quién, tu padre? "Él lo que quiere es hundir a mi madre y por eso me hunde a mí, porque soy quien mantiene a la familia. Y si acaba conmigo, acaba con ella", dice, señalando a Antonia. Ella asiente con la cabeza, y con cierta coquetería añade: "Lo que le pasa a este hombre [su marido] es que es muy celoso, y como Poli me lleva a todos los sitios cuando boxea, pues no vive. Y si hunde a Poli, yo ya no salgo de casa".

El alcoholismo

"Lo pasado, pasado está", dice Poli Díaz

Su primo Leandro cambia de tema y regresa a la pelea del lunes. Habla de los problemas que vive la familia desde hace años por la afición de Nicolás a la bebida. "Es terrible convivir con un alcohólico. A esta mujer [su esposa] la ha pegado tantas veces... Es muy violento. A este chico [señala a Polil] le ha hundido. Ayer me enteré"- Leandro baja la voz para dirigirse sólo a la periodista- "de que el padre tuvo al hijo mayor, cuando era pequeño, atado durante una semana". Suena el teléfono.

- Es de la [cadena] COPE- anuncia el hermano de Poli.

- Sí, diles que me pongo- contesta el ex campeón de Europa- Mejor en directo.

Mira a su representante. La voz de la locutora retumba en la pequeña habitación a través de la radio que acaban de conectar. Poli habla. El representante le indica con gestos algunas de las cosas que tiene que decir. Por ejemplo, cuando Poli cuenta, que en el mes de abril, mientras él estaba en Panamá, su padre presentó otra denuncia en comisaría y le acusó de haberle pegado y robado, Vázquez le anima a seguir con el tema, girando la mano.

- ¿Sabes dónde está tu padre ahora? -pregunta la periodista radiofónica.

El representante del púgil mueve el pulgar hacia la boca.

- Estará bebiendo- contesta Poli.

El boxeador rehúsa hablar de sus otras peleas fuera del cuadrilátero, y despide así su intervención en el noticiario: "Lo pasado, pasado está. Ahora sólo quiero boxear, traer un título para España y concentrarme para ser el mejor".

Poli vive con su madre en un pequeño piso de ventanas con reja, de dos habitaciones, con salón, cuarto de baño y cocina, en una planta baja de la calle del Arroyo del Olivar, a espaldas del campo del Rayo Vallecano. Otros seis hermanos - dos varones y cuatro mujeres- se han independizado, pero él sigue allí. Duerme en unas literas que comparte con su hermano Ángel, también boxeador. Desde hace cinco años, su progenitor se aloja en un patio contiguo a la vivienda, en una estancia prefabricada, que consta de una habitación, salón-cocina y baño. Hace vida independiente.

"Poli nunca ha descuidado a su padre", dice la madre, Antonia, muy orgullosa. "Le ha comprado un televisor mejor que el que tenemos nosotros, una nevera, la lavadora, dos coches de segunda mano. Y a mí me ha dado dinero para que se lo dé su padre. Es un buen hijo". Mientras habla, abre la puerta de la vivienda del patio. Pero Poli dice:

- No podemos entrar ahí.

- Yo sí puedo, esta casa es de tu padre y mía-sentencia Antonia.

Las paredes de la pequeña estancia están pintadas de color vino. Burdeos. Poli, al final, entra en la casa prefabricada. "Esta lavadora se la he regalado yo, y muchas cosas más. Lo que pasa es que no me gusta contarlo. Hasta un equipo de soldadura para que se ganara la vida. Sabes, mi padre era un buen soldador y podía haber ganado mucho dinero, pero la bebida acabó con él", dice.

Sobre un enorme televisor reposan varias fotografías familiares. Antonia señala una. "Ahí estábamos en un bautizo; y tenía una borrachera ...", dice. Y recuerda cuando dejó de convivir con Nicolás, con el que lleva casada 36 años. Fue hace cinco años, cuando El Potro de Vallecas empezó a cosechar sus primeros triunfos como boxeador y ella acompañaba a su hijo durante las concentraciones en El Espinar (Segovia). "Me dijo: tu hijo, o yo". Y ella se quedó con Poli.

De las paredes del salón de la casa principal cuelgan varias fotografías: los Reyes de España - ellos solos-, Poli en sus comienzos, Poli con su hijo Alexander y la madre de éste. Y entre los cuadros, destaca un plato de cerámica en el que puede leerse: "A mi madre, con amor, respeto y admiración. Por su entrega y sacrificio hacia mí. Gracias, mamá".

Antes de despedirse de la periodista y del fotógrafo, Poli dice: "Por mi madre y por mi familia voy a pelear". A finales de este mes, Poli volverá al cuadrilátero. Y ya sólo espera que le digan: "¡Campeón!".

Poli-traumatismos

Poli Díaz ha sido protagonista en diversos incidentes. El último, ayer. Un periodista de EL PAÍS intentó fotografiarle por la mañana en una calle de Madrid donde fue localizado por este diario. El boxeador se negó a ello. "Tranquilo, tronco ", le dijo el fotógrafo. Y Poli respondió, en tono chulesco: "Yo no soy tu tronco". La fotografía se malogró. Después, el púgil accedió a conversar en su casa de Vallecas con una periodista de EL PAÍS, pero exigió que el fotógrafo fuera otro. Un segundo informador gráfico acudió a la casa y pudo retratarle.La fama de peleón de Poli Díaz viene avalada por unos cuantos altercados. He aquí algunos.

Abril de 1992. Paseo de la Castellana (Madrid). Poli Díaz es detenido por la Policía Municipal por conducción temeraria, amenazas y agresión aun agente.

Noviembre de 1992. Oviedo (Asiurías). Acompañado por el actor y boxeador Mickey Rourke, organiza un incidente en una discoteca.

Mayo de 1993. Vallecas (Madrid). Su esposa, la portuguesa María Rodríguez, de 26 años, se tira por la ventana del domicilio conyugal- situado en un primer piso- tras una pelea con el boxeador. Los médicos diagnosticaron a la mujer "policontusiones".

Agosto de 1993 Boceguillas (Segovia). Tras un combate en Santander, y ya de regreso hacia Madrid, Poli Díaz vuelve a dejar inconsciente a una persona fuera del cuadrilátero. Tras parar en un bar, golpeó en el rostro al conductor de un autobús.

Julio de 1994. Madrid. Un coche patrulla de la policía recoge en estado semiinconsciente y borracho a Poli Díaz en la madrileña calle de Augusto Figueroa.

Agosto de 1994. Benidorm. El boxeador rompe un vaso de cristal en el rostro de una admiradora que le solicitó un autógrafo

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Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

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