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El museo de la tinaja

Colmenar recupera una casa del XVII que muestra su tradición vinícola

Uno de los edificios más emblemáticos de Colmenar Viejo (27.000 vecinos), la Casa del Maestro Almeida, del siglo XVII, abandonará pronto su estado ruinoso al que ha llegado pese a estar catalogada como bien de protección estructural: el Ayuntamiento la rehabilitará como museo. Al conocer ayer la noticia ayer, algunos ancianos que estudiaron allí cuando era un colegio se cercioraron de que aún está lleno de botellas y basura. Desengañados y escépticos, comentaron:' "iOjalá lleguemos a verlo bien". Se refieren a los inquilinos que ocupan el inmueble, okupas del pueblo. Muchos colmenareños que rondan la cincuentena, y sobre todosus padres, estudiaron aquí. La labor docente que realizó durante décadas uno de sus profesores, el maestro Almeida, supuso que tomara su nombre no sólo, el edificio, sino también la plaza donde está situado. Hasta de 1902, se llamaba Plaza de Eugenio.

El plan de rehabilitación fue aprobado en pleno municipal el lunes, a propuesta del PSOE, en la oposición. Pasará a ser un museo etnológico, arqueológico y geológico.

La primera gestión que realizará el Gobierno del PP consistirá en impedir la entrada de los okupas nocturnos. El siguiente paso, previsto para dentro de dos meses, será expropiar el 12% del edificio, actualmente de propiedad particular y en proindiviso, es decir, sin especificar qué parte es del Ayuntamiento o particular. En 1991, el Gobierno socialista adquirió el 85% de la propiedad. Durante el mandato popular, el Ayuntamiento sólo se hizo con un 3% o 4% más de la casa. Armando Juzgado, el alcalde que compró la mayor parte del caserón a la vecina Ángela Pardo, recuerda: "Ella no tuvo problemas para vender su herencia al Ayuntamiento por algo más de 40 millones. Después, otros dos pequeños propietarios han dejadó pasar el tiempo para obtener mayor beneficio. Ya es hora de que el Ayuntamiento expropie", añade Juzgado. Según recoge la Guía histórica de Colmenar Viejo, la Casa del Maestro Almeida o Colegio de Latín y Humanidades, que funcionó como tal hasta los años sesenta, es uno de los más interesantes ejemplos de arquitectura civil serrana. Antes de ser escuela, la casa, que ocupa un solar de 1.000 metros cuadrados, estuvo habitada por una familia señorial. De su tipología destaca el portal y la cocina; ambas habitaciones se utilizaban como comedores, la primera en verano. Lo más interesante para los historiadores locales se encuentra en las bodegas y en las cuevas que, por sus dimensiones y las muchas tinajas que conservan, demuestran que antaño existió una importante producción vinícola en Colmenar.

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