El juez Cotta sugiere que el Congreso vote si se procesa a González

El presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Fernando Cotta, afirmó ayer que el Congreso tendrá que determinar "muy posiblemente" si se juzga o no a Felipe González como supuesto fundador de la banda terrorista GAL, como lo considera Baltasar Garzón en su escrito al Supremo. Este sistema de impeachment para exigir responsabilidad criminal al presidente del Gobierno, previsto en el artículo 102 de la Constitución, requiere la cuarta parte de los diputados para ser promovido y mayoría absoluta para ser aprobado.

La iniciativa planteada por Cotta fue rechazada por IU, ya que si el procesamiento no fuera aceptado por el Congreso, ello equivaldría, según la formación dirigida por Julio Anguita, a "una ley de punto final encubierta". El PNV considera que la propuesta está "cogida por los pelos" y es prematura. El Partido Popular guardó silencio.El precepto de la Constitución al que se refiere el presidente de la Sala Segunda es el 102, en cuyo segundo párrafo se establece: "Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo".

En el mismo artículo se dispone que el tribunal encargado de juzgar al presidente sería la Sala Segunda del Supremo y también que en ningún caso se podría aplicar "la prerrogativa real de gracia".

Si el Supremo considerara válidos los indicios de delito contra Felipe González, Narcís Serra, José Barrionuevo y Txiki Benegas, los cuatro aforados del caso GAL, podría seguir otra vía: enviar a las Cortes los correspondientes suplicatorios.

En plena tormenta judicial, la ejecutiva del PSOE reaccionó ayer convocando para octubre una conferencia extraordinaria para "defender la democracia y la autonomía política frente a sectores, ajenos a la soberanía popular, que quieren imponer su poder". González pidió a su partido que evite el pulso contra los jueces, porque le perjudicaría.