España es un país virgen para la TV por cable

España es un mercado prácticamente virgen para la televisión por cable. Poco más del 1% de las casas se encuenta conectadas a redes de cable, a diferencia de otros países de Europa y de los Estados Unidos. De ahí las expectativas que generan las iniciativas en dicho sector. La televisión por cable se ha desarrollado muy despacio porque hasta 1994 estaba prohibida. Dado que la ley considera la televisión como un servicio público, que sólo por concesión estatal se puede dejar en manos privadas -principio defendido por los socialistas y combatido por el PP-, la Administración cerró pequeñas instalaciones que trataban de dar servicios por cable. Sin embargo, una de ellas, asentada en Sabiñánigo (Huesca) planteó un recurso al Tribupal Constitucional, alegando el derecho a la libertad de expresión. Y lo ganó en enero de 1994.

Con posterioridad se produjeron otras sentencias, todas en el mismo sentido. Con ello quedó legalizada esa actividad televisiva y el Gobierno se vió obligado a enviar a las Cortes un proyecto de ley, que ha quedado paralizado por enfrentamientos políticos. Pero eso no ha detenido las inversiones. Por ejemplo, desde hace más de dos años se dedica a ello la promotora Multitel -presidida por Eugenio Galdón, el consejero delegado de la COPE- que ha formado consorcios de cable. Uno de ellos, en el que participa el operador norteamericano UlH, ha construido una red en Santander, que ofrece varios canales y pretende alcanzar 6.000 clientes a fin de año. Jerez de la Frontera (Cádiz), León o localidades de Murcia y Andalucía disponen de redes de cable de cierta consideración.

Antena 3 Televisión, por su parte, ha trenzado alianzas con el grupo público ENDESA, con Telefónica y con la promotora de Galdón para la televisión por cable. Éste último ha hecho lo propio con otras empresas en Cataluña.

El último en llegar es Cablevisión, la empresa constituida por Telefónica y Canal + -entre otros socios- que, a pesar de haberse forma do en 1992, ha tenido hasta ahora muy poca actividad. Es el último operador que ha anunciado su decisión de entrar a fondo en el mercado del cable, pero lleva trazas de convertirse en el primero, dada la potencialidad de la red de fibra óptica construida por Telefónica (pasará cerca de 7 millones de hogares a fin de año) y el camino andado por Canal + en la televisión de pago.

Va a ser difícil sobrevivir sin alianzas en ese mercado. Hacer frente al reto de invertir en redes, y disponer de productos que puedan interesar a un gran número de clientes, es una combinación nada fácil de lograr.