_
_
_
_
_

El extraño efecto de la caída de la hoja en verano

Paz Álvarez

La llegada del otoño se ha adelantado unos meses en la ciudad. El asfalto gris se ha cubierto de miles de láminas verdes y doradas. Las hojas caen fulminadas por el calor.La mayoría de las copas de los castaños de indias y de los plátanos. Estas dos especies de árboles son las más afectadas por la sequía que azota el suelo de la Ciudad.

La falta de humedad y el calor hace que el castaño de indias, propenso a contraer una enfermedad denominada socarrina, pierda sus hojas, según explica el técnico del Jardín Botánico, Mariano Sánchez.

En el caso del plátano, es el hongo antracnosis, que aparece siempre después de las primeras lluvias y con la llegada de las altas temperaturas, el que obstruye el conducto de la savia en las ramas.

Entre castaños y plátanos también se pueden encontrar hojas de chopos, sóforas y robinias. Estas cinco especies son de las más castigadas por la sed y el calor que aprieta estos días en la ciudad.

En pleno estío

El experto en botánica no se extraña de que los árboles se despojen de sus hojas en pleno estío. "Es algo normal, debido a la habitual sequía de todos los veranos. Lo que ocurre es que este año puede haber más hojas en el suelo porque ha llovido hace poco y ha hecho mucho viento", señala Sánchez.Los jardines jóvenes, como los parques del recinto ferial Juan Carlos I (distrito de Hortaleza) o el de Tierno Galván (distrito de Arganzuela), son los más soleados. Por tanto, los ejemplares allí plantados son los más aquejados por las altas temperaturas y la falta de humedad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La explicación es sencilla, asegura el botánico: "Las plantas son nuevas, no tienen ramas. El aire pasa libremente, se lleva la humedad y la transpiración de la plantas".

Por el contrario, los árboles del parque del Retiro o del Jardín Botánico son más afortunados. Están cobijados por una densa masa arbórea que crea un microclima y retiene la humedad.

La situación dentro de la arboleda también es determinante para la vida de las hojas. "A los que están fuera del bloque se les cae más que a los del interior, al estar más protegidos, y tienen más sombra", especifica el técnico del Jardín Botánico.

Además, aconseja como medida de prevención no recortar las copas de los árboles. Y antes de quitar una rama hay que esperar a que el árbol sea adulto. Lo que implica que empiece a dar sombra, y crear así un microclima húmedo en el suelo.

Aun así, el recorte ha de ser prudente. "Podar más de 20 centímetros es condenar al árbol a la mitad de su vida".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_