Taiwan estudia disponer de armas nucleares para protegerse de China

Taiwan considera la posibilidad de disponer de armamento nuclear para defenderse de un eventual ataque de China. Así lo reconoció ayer el presidente Lee Teng Hui un día después de que manifestara que su Gobierno no cederá a las presiones de Pekín. Lee hizo estas manifestaciones en la Asamblea Nacional a preguntas de un diputado, dando una nueva dimensión a la tensión que existe desde que China realizó durante seis días, y hasta el pasado miércoles, una serie de pruebas nucleares frente al norte de la isla rebelde.

"La gran pregunta en las presentes circunstancias es qué tenemos que hacer", dijo el presidente en respuesta a la propuesta de un parlamentario sobre que Taiwan desarrolle un programa nuclear para reforzar su defensa contra China. "Todo el mundo sabe que teníamos ese plan, pero la cuestión atrajo la atención internacional y afectó a la imagen del país", explicó Lee. Y agregó: "Ahora debemos reexaminar a largo plazo si necesitamos la protección de las armas nucleares".Las relaciones entre China y Taiwan, donde se refugió el Gobierno nacionalista tras su derrota en 1949, han empeorado en los últimas dos meses después del tímido deshielo iniciado durante la pasada década. La visita del presidente Lee a Estados Unidos el pasado junio irritó extraordinariamente a Pekín, al tiempo que lo ensayos nucleares chinos de días atrás han sido vistos en Taipei como un intento de fomentar la inestabilidad en la isla.

Sin embargo, paralelamente a la advertencia nuclear, el Ministerio de Economía lanzó ayer al continente un claro mensaje conciliador, al suavizar las restricciones impuestas a las inversiones taiwanesas en China y permitir más importaciones de productos chinos.

Según las nuevas medidas dictadas, el ministerio estudiará caso por caso la posibilidad de que las empresas públicas de la isla inviertan en China. Asimismo, se permitirá en el futuro que los dirigentes de firmas estatales puedan realizar visitas de negocios al continente, ampliando así la normativa que permitía hasta ahora los viajes de ejecutivos de rango inferior. El ministerio. aprobó también el permiso para la importación de 84 productos chinos lo que amplía a 2.447 el total de productos del continente que podrán ser comprados.

Entretanto, el Gobierno chino prosigue su política de demostrar que quiere llevar hasta el fondo la batalla contra la corrupción. Ayer se conoció que han sido dictadas condenas a la pena capital contra seis personas envueltas en el mayor escándalo de corrupción de la era comunista. Entre los condenados figura Deng Bin, arquitecto de un gigantesco sistema fraudulento que costó 3.200 millones de yuanes (más de 45.200 millones de pesetas) a las arcas públicas. La firma Xinxing Industrial, de la cual era presidente Deng Bin, amasó esa fortuna entre 1989 y 1994.

Por otra parte, el destacado disidente chino Yang Zhou, que fue puesto en libertad el pasado mes de un campo de trabajo por recomendación médica, ha sido autorizado a viajar a EE UU para proseguir su tratamiento, según anunció ayer su esposa.