Amedo dice que un dirigente del PNV estaba "muy al tanto" de las actividades de los GAL

El ex subcomisario José Amedo sugirió ayer que un destacado dirigente del Partido Nacionalista Vasco -aunque no nombró expresamente a esta formación- estuvo muy al tanto" de las actividades de los GAL. Tras agregar que así se lo acababa de decir un político, prometió a los periodistas: "Les traeré un documento que me van a pasar en el que aparece esa persona".Amedo convocó una rueda de Prensa en la Agrupación Electoral José María Ruiz Mateos, de Madrid, con la promesa de que iba a soltar una bomba. En el preámbulo, el empresario aprovechó para denunciar el "incendio provocado" registrado en su fábrica Dhul, de Granada, elogió a Amedo por haber sido "el único que ha tirado de la manta", le animó a "que hable, que se sincere", le ofreció ayuda económica y, por último, anunció solemne: "Dejo paso a la bomba que trae el señor Amedo".

Pero Amedo tardó 25 minutos en soltar la bomba y, cuando lo hizo, resultó qué no tenía espoleta. Después de un largo juego de adivinanzas, el ex policía se limitó a anunciar que un destacado dirigente de "un partido que forma gobierno con el PSOE" en Euskadi estuvo "muy al tanto" de las actividades de los GAL. Se negó a dar nombre y apellidos. El propio Ruiz Mateos, actuando "como periodista", preguntó a Amedo si se trataba del PNV y éste se limitó a esbozar una sonrisa cómplice.

Antes de lanzar la bomba, el ex subcomisario reiteró que los GAL no fueron un invento de policías, sino de los políticos. Repitió los nombres de Txiki Benegas, Ramón Jáuregui, Julián Sancristóbal, Ricardo García Damborenea, Alfonso Guerra, José Barrionuevo y el coronel de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo. Sólo aportó un nuevo nombre: el de Nicolás Redondo (ex secretario general de la UGT), del que dijo que "participaba en reuniones en el Gobierno Civil de Bilbao". No pudo o no quiso decir qué se hablaba en esas reuniones, aunque espetó con sorna: "Hablarían del sindicalismo del GAL".

El ex policía acusó a Felipe González de "mentir rotundamente" y a Benegas de "tener un interés desmesurado" en que aquél no hallara. La bomba anunciada por Amedo se quedó en un simple cohete de feria.