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La ocupación de un buque comunitario retrasa la visita de Bonino a Galicia

Xosé Hermida

Fue una noche surrealista. Durante 17 horas, dos miembros de la Central Nacionalista Converxencia Intersindical Galega tuvieron en jaque a la Comisaría de Pesca de la Unión Europea (UE) y pusieron en peligro la visita de su titular, Emma Bonino. Los dos sindicalistas se embarcaron en el Northern Horizon para forzar una entrevista con Bonino. La comisaria se puso firme y anunció que o deponían su actitud o cancelaría su viaje a Galicia. Tras una noche entera de negociaciones, el conflicto se resolvió ayer a mediodía.

El Northern Horizon, un buque británico que realizará inspecciones pesqueras, a los boniteros que faenan en el Golfo de Vizcaya, iba a zarpar el pasado jueves del puerto de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) con inspectores de Bélgica, Italia, Francia y España para dirigirse a la zona donde faenan los boniteros. La propia Bonino iba ayer a sumarse a la misión, transportada en un helicóptero.Pero poco antes de la partida del buque, unos 200 pescadores acompañados de sus esposas irrumpieron en la cubierta y anunciaron que no dejarían partir el barco hasta que Bonino se comprometiese a recibirlos para exponerle los problemas del sector.

Al cabo de una hora, el conflicto parecía solucionado, después de que un representante de la compañía armadora del Northern Horizon y un inspector belga ofreciesen a los pescadores que dos delegados suyos se quedasen a bordo para poder entrevistarse con la comisaria Emma Bonino cuando saliese al encuentro del barco. El buque zarpó sin novedad a las 20.10 horas del jueves, pero inmediatamente volvió a soltar anclas y fondeó a media milla del puerto de Vilagarcía. En medio de una gran confusión el representante de la armadora miró su reloj, vio que marcaban las 10 y exclamó muy a lo británico: "Soy un caballero y ésta es la hora de irse a dormir". Mientras en Bruselas los teléfonos echaban humo, la propia Bonino llamó personalmente al barco y pidió hablar con los sindicalistas. Le contestó Manuel Caamaño, dirigente de la CIG, a quien advirtió que mientras permanecieran a bordo ella no pondría sus pies en el barco porque no estaba dispuesta a "ceder a los chantajes".

Ya de madrugada, los inspectores comunitarios del buque anunciaron que quedaba cancelada la visita de Bonino a Galicia. Pero las negociaciones telefónicas continuaron durante varias horas, esta vez con los funcionarios de la Comisaría de Pesca. A las cinco de la madrugada, la situación tomó definitivamente un aspecto kafkiano: el barco levó anclas, navegó unas cinco millas hacia el norte y dio media vuelta para volver a fondear en el mismo sitio.

Después de un par de horas de sueño, el consejero de Pesca de la Xunta, Juan Caamaño, retomó el diálogo con los sindicalistas. Por fin, hubo acuerdo. A mediodía, ambos abandonaron el buque al recibir por escrito del consejero de la Xunta que les prometía gestionar una entrevista con Bonino y no tomar represalias legales, ya que habían sido autorizados expresamente para permanecer a bordo. El barco zarpó a las 14 horas y los inspectores anunciaron que Bonino viajará hoy, con un día de retraso y una agenda de trabajo más apretada. La tripulación del Northern Horizon respiró aliviada mientras que retiraba de la lista de embarque a los dos inesperados pasajeros identificados simplemente como "spanish fishermen ".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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