Izquierda y derecha pactan en Italia un cambio institucional que aleja los comicios
La Izquierda y la derecha italianas llegaron ayer a un acuerdo para proceder a una reforma de la Constitución que contemple, simultáneamente, la introducción del federalismo como forma de Estado y la elección directa de un presidente de la República con capacidad para guiar el Gobierno. El acuerdo, que se desarrollará a partir de agosto en el Parlamento, implica el aplazamiento de las elecciones al menos hasta mediados de 1996. Esta circunstancia suscita dudas sobre el futuro político de Romano Prodi e incluso de Silvio Berlusconi.
Parece, en efecto, difícil que un candidato sin partido ni escaño parlamentario, como es Prodi, prolongue otro año su campana de candidato del centro izquierda a primer ministro. Y es claro que un nuevo alejamiento de la cita electoral perjudica especialmente a Berlusconi, ya que mina su carisma de poderoso y su imagen de candidato alternativo a los políticos tradicionales.El mismo hecho de que la venta parcial de las televisiones italianas de Fininvest, anunciada ayer por el propio líder de Forza Italia y hasta ahora propietario absoluto del grupo citado, haya sido realizada en un modo que no resuelve los problemas de monopolio informativo y confusión de intereses que han venido lastrando la carrera política de Berlusconi, refuerza esta incertidumbre sobre las verdaderas intenciones del interesado.
Silvio Berlusconi reiteró, sin embargo, ayer mismo su compromiso con la política, mientras sus colaboradores indicaban que será él quien se encargue de abrir en cl Parlamento el debate sobre la reforma constitucional en la primera semana de agosto, antes de que el día 4 comience el mes reglamentario de vacaciones.
Participación popular
En cualquier caso, las elecciones en otoño tampoco pueden ser descartadas totalmente, ya que la derecha exige una participación popular en la reforma de las instituciones por alguna de estas tres vías: un referéndum consultivo, que la izquierda rechaza; la elección de una asamblea constituyente, que la izquierda aceptaría pero que plantea problemas institucionales; y la elección de un nuevo Parlamento habilitado para la reforma.
No obstante, exponentes de Forza Italia y Alianza Nacional partidarios de que se vote en otoño, como el ex ministro de Defensa Cesare Previti, estimaban ayer que las elecciones se alejan indefectiblemente, pese al deseo contrario de Berlusconi.
Son los partidos menores de origen ex democristiano y la Liga Norte, también orientados a la reconstrucción del centro político, los que están terminando por imponer su criterio. Los aliados ex democristianos de Berlusconi obligaron a éste a suprimir una petición de elecciones contenida en una carta del líder de Forza Italia publicada el pasado domingo por el diario La Stampa, que abrió el debate sobre las reformas.
Berlusconi sugería en su carta que la reforma presidencialista podría ser acordada por mayoría simple en el próximo Parlamento. La izquierda rechazó de inmediato que el terna se convirtiera en un argumento de campaña electoral, e introdujo una propuesta parlamentaria para que la reforma de la Constitución requiera una mayoría de dos tercios del Parlamento.Puntos a legislar
El debate condujo al acuerdo de ayer, que incluye ya. una vertiente concreta sobre los siguientes puntos a legislar de inmediato: atribución a la oposición de la presidencia de una de las cámaras, de las comisiones parlamentarias, de control del Ejecutivo y de una de las comisarías europeas; prohibición de la publicidad política pagada en la televisión privada durante las campañas electorales, y reforma del procedimiento de designación del Consejo de Administración de la Televisión del Estado.
Estas reformas, consideradas el mínimo para que se pueda votar, deberán ser aprobadas por el Parlamento. Sobre el calendario político pesa que Italia asumirá la presidencia europea el próximo mes de enero.
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