Acuerdos con el Estado de las confesiones no católicas
Hasta el momento, además de la Iglesia católica, han suscrito sendos "acuerdos de cooperación con el Estado" la Federación de Comunidades Israelitas, la Comisión Islámica y la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España. Tales acuerdos, además de otros aspectos, garantizan el derecho a la asistencia religiosa a sus respectivos fieles en el servicio militar.Sus portavoces coinciden en subrayar el "exquisito trato" que reciben del Ejército y citan varios casos en los que se han atendido peticiones de traslado de destino buscando la proximidad de un templo de su culto para facilitarles la práctica religiosa.
No obstante, las tres confesiones están a la espera de una regulación más detallada de apectos concretos como, por ejemplo, los referidos a peculiares obligaciones en materia de alimentación o a las facilidades para el efectivo cumplimiento del Ramadán islámico o el Sabat judío. Ryay Tatary y Carlos Schorr, portavoces, respectivamente, de las comunidades islámica e israelita, coinciden en que el de la alimentación es uno de los "problemas a resolver".
Más crítico se manifiesta Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas, a quien no le parece bien que se "perpetúe la mixtificación del hecho religioso con el militar".
Blázquez pondera la "loable voluntariedad" que se reconoce para los actos religiosos separados de los militares, pero le siguen pareciendo "inadecuados, precisamente porque no son voluntarios, los actos católicos que se mantienen mezclados con las ceremonias militares con el pretexto de la tradición". El portavoz de las iglesias evangélicas o protestantes tampoco considera congruente con la aconfesionalidad del Estado el que se mantenga, aunque sea con el carácter de situación "a extinguir", la condición de militares con graduación de la mayoría de los actuales capellanes del Ejército.
'Derechos adquiridos'
El teniente coronel Ricardo Pardo, de la Dirección General del Servicio Militar, explica que ello responde al deseo de no romper abruptamente con la situación anterior, por lo que se decidió respetar los "derechos adquiridos" por los sacerdotes que habían ingresado en su día en el escalafón militar. En diciembre de 1994, según los datos de la plantilla militar oficial, había 186 capellanes, de los cuales 139 pertenecían al escalafón militar, lo que hoy causa sorpresa y perplejidad a no pocos soldados.
El vicario general castrense, José María de Celis, dice que esa perplejidad puede existir "entre los profanos", y apela a la existencia de "sacerdotes militares", y de todas las religiones, en los ejércitos de muchos otros países occidentales. "No sé por qué ha de sorprender", añade De Celis, sacerdote y coronel, quien explica que, en su momento, se adoptó esa fórmula para conseguir una "mejor integración" en el ámbito en el que habrían de desempeñar su acción espiritual.
De Celis insiste mucho en que nunca el capellán castrense utiliza sus estrellas para ejercer el mando militar", aspecto que también subraya el teniente coronel Pardo, del Ministerio de Defensa. "Desde que me incorporé al Ejército, hace un buen número de años", explica este militar de carrera, "únicamente puedo recordar a un capellán que invocó a toda costa en una ocasión su rango militar y sus estrellas". "Por su postura de vida, por su condición, yo creo que su sentido y su vocación es siempre de servicio y nunca de mando".
Los corresponsales internacionales de EL PAÍS confirman que tienen graduación militar los capellanes castrenses (en ocasiones de varias religiones) en ejércitos de países como Finlandia, Holanda, Reino Unido, Bélgica o Estados Unidos. Tal circunstancia no se da en países como Alemania, Francia o Suecia.
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