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Gingrich y Murdoch, a la conquista de Washington

El líder republicano y el magnate de prensa se alían para inaugurar una nueva era conservadora en EE UU

Antonio Caño

Newt Gingrich, la más sobresaliente figura del nuevo conservadurismo norteamericano, y Rupert Murdoch, el famoso magnate de los medios de comunicación, han sido citados a declarar, probablemente antes de las vacaciones de agosto, ante el comité de ética de la Cámara de Representantes para que expliquen el alcance de sus vínculos comerciales y políticos. Las sospechas de los congresistas demócratas nacieron a partir del contrato entre ambos para la publicación de un libro, pero los dos personajes parecen estar también unidos, aunque sea circunstancialmente, en una causa mayor: la conquista de Washington.Gingrich y Murdoch conversaron por primera vez en secreto el 28 de noviembre de 1994, días después de la victoria republicana en las elecciones parlamentarias, en la que el carismático congresista de Georgia fue cerebro y motor. Esa entrevista no se conoció hasta meses después, cuando Gingrich reveló que percibiría 4,5 millones de dólares (casi 600 millones de pesetas) de HarperCollins, de la que Murdoch es dueño, como anticipo por la publicación del libro Renovar América.

Esa noticia provocó un escándalo que obligó a Gingrich a renunciar a ese dinero, pero sí recibirá una jugosa cantidad en concepto de porcentaje de las ventas del libro, que ya se encuentra con gran éxito en las librerías norteamericanas.

Gingrich y Murdoch volvieron a encontrarse, ya públicamente, en la primavera de, este ano para abordar otros temas de interés común. Entre ellos, las dificultades encontradas por el empresario de origen australiano con su canal de televisión Fox. La cadena NBC había puesto en duda la legalidad de que una compañía extranjera fuese propietaria de la mayoría del cuarto canal nacional de Estados Unidos. A principios de mayo, la Comisión Federal de Comunicaciones le, dio la razón a Murdoch, que tiene también nacionalidad norteamericana.

Fox es sólo una de las piezas de News America Corporation, el gran imperio de Murdoch en EE UU. En septiembre verá la luz el último de sus proyectos, y probablemente el de mayor alcance político. Para ese mes está prevista la aparición de una revista, cuyo título es, The Standard, que se presenta como el órgano del neoconservadurismo norteamericano.

El director de esa publicación será William Kristol, uno de los principales estrategas republicanos en la actualidad. Con un presupuesto suficiente para que ese no sea uno de los problemas -se ha mencionado la cantidad de siete u ocho millones de dólares para empezar- y el fichaje de las más reputadas firmas de la derecha, The Standard pretende ser la plataforma de lanzamiento de una nueva generación de conservadores, entre la que Gingrich es modelo e inspiración.

William Kristol ha dicho que The Standard será "un semanario de política y de ideas, el marco para un debate en seno sobre la nueva era, un medio comprometido políticamente, pero no partidista".

Los proyectos de Murdoch han estado ya antes sometidos a investigación del Congreso por sus implicaciones políticas. En 1980, poco después de que una compañía aérea de Murdoch consiguiera un polémico crédito de parte del Gobierno de Jimmy Carter, el diario The New York Post, también de la cadena News Corp., respaldó al entonces presidente en su batalla en las primarias contra el senador Edward Kennedy.

Carter perdió más tarde las elecciones presidenciales frente a Ronald Reagan, pero la influencia de Murdoch se mantuvo y se reforzó. Reagan llegó a criticar a Kennedy por sus ataques contra el magnate australiano, y el famoso senador de Massachussetts denunció en 1988 que "los tentáculos de Murdoch han alcanzado el Despacho Oval".

Rupert Murdoch intenta evitar que ese tipo de acusaciones se repitan ahora por su relación con Gingrich. La pasada semana declaró, por medio de un comunicado, que su comparecencia ante el comité de ética de la Cámara de Representantes será "una gran oportunidad para exponer su historial de una manera directa". La comparecencia ante este tipo de comités es normalmente voluntaria, pero frecuentemente los convocados son obligados a declarar en el caso de que rechacen la invitación.

Un portavoz de Murdoch aseguré que éste demostrará que no existe nada ilegal en su relación con Gingrich, y recordó y que Murdoch se ha entrevistado en los últimos 20 años con todos los presidentes y con todos los líderes de la Cámara de Representantes de EE UU. Un grupo de congresistas demócratas tratará. de defender que el contrato ofrecido a Gingrich para el libro Renovar América fue un intento de soborno de Murdoch a la tercera figura protocolariamente más importante del país.

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