Glosas de verano
El arte maya registra la existencia de una serie de instrumentos quizá apropiados para algún ritual, pero estrictamente inservibles. En estas primeras semanas de verano hemos podido comprobar que artilugios semejantes existen en nuestras sociedades y prácticamente en todos los niveles de la vida colectiva.El primero estaba ahí desde hace tiempo, pero ha salido a la luz en el acontecimiento sin duda más trascendental de estos días: el Tour de Francia. Pudo apreciarse cuando nuestro ídolo nacional -que además es de doble uso, para españoles y para abertzales- tiraba desesperadamente camino de Lieja de un sujeto llamado Bruyneel, el cual, tras chupar rueda un kilómetro tras otro, le birló al final la etapa. Tres días después, un suizo de nombre Zülle le dejó virtualmente sin maillot amarillo en los kilómetros más dramáticos de la primera etapa alpina. Lo curioso de ambos casos es que a los citados agresores, así como a la más firme promesa del ciclismo francés, Jalabert, y al ídolo caído holandés, Breukink, los estamos pagando, directa o indirectamente, entre todos los contribuyentes españoles. Unos a golpe de cupón, otros con la cesión de un privilegio fiscal por el Estado, como es la lotería, que se emplea en esos curiosos menesteres, y en otros tan insólitos como las entradas y salidas en el control de medios de comunicación. Por mucho que nos traten de convencer los comentaristas de TVE-1, cada victoria de uno de esos líderes del equipo nada tiene que ver con España, salvo para recordar el absurdo del estatuto actual de la ONCE.
La lotería permite dar el salto a otro terreno, donde también han abundado las inutilidades. La concesión del chupabobos que es lkusi Makusi al grupo Elkarri no parece haberle aportado una carga correspondiente de imaginación a la organización pacifista abertzale: su propósito sigue consistiendo en poner en marcha una estructura de negociación indeterminada, sin que entre tanto ETA tenga que renunciar siquiera transitoriamente a secuestros y asesinatos. Elkarri no aclara cómo encaja aquí el modelo norirlandés, con dos comunidades enfrentadas de signo religioso y nacional diferente, más una ocupación militar, al caso vasco, donde la mayoría de la población, nacionalistas incluidos, actúa dentro de un marco institucional inequívocamente democrático.
De momento, el Pacto de Ajuria Enea está también fuera de servicio: la experiencia ha demostrado que no es posible la cohesión, salvo en las condenas formales de los atentados, si cada partido desarrolla luego por su cuenta una estrategia. propia de relación con el mundo del terror. Si a estas alturas PNV y EA no se han dado cuenta de que la división de los vascos en nacionales y españolistas constituye la clave de la existencia de ETA, poco hay que hacer.
Es lo que ocurre, a escala internacional, con la actitud de la ONU y de Europa ante la tragedia bosnia, al negarse a actuar respondiendo a la estrategia de destrucción marcada por el dúo dominante Milosevic-Karadzic. ¿Qué decir? Sentimiento de impotencia, desesperación. No será el pragmático González quien desde la presidencia europea, con, Solana al lado, aporte nada nuevo al tema. Mendiluce puede reservarles sus mejores pancartas.
Hay otras muchas cosas inútiles en el pasado reciente, y el tipo de asociación encubierta González-Pujol, en detrimento de los pactos de Gobierno clásicos, sería una de ellas. Pero en este ámbito surge por lo menos una excepción: el hallazgo del aborto como divisoria por parte del PSOE. Es un clavo ardiendo, pero puede servirle para. plantear, las próximas elecciones como un referéndum en que se enfrentan progresistas y reaccionarios. Si hay más túneles tipo Sóller, y Europa sigue tirando de nuestra economía, cabe la inversión de tendencia. Más ventaja llevaba en Francia según los sondeos el primer ministro Balladur.
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