El encanto del mestizaje
Cuando Antonio Carmona, que bailaba el último tema llevando en los brazos a su hija Marina, de tres años, dijo que ella tenía "el cabello rubio y las entrañas morenas", hizo al mismo tiempo un retrato certero del público que acababa de rendírseles. Era una apretada muchedumbre con idéntica proporción de gitanos y payos, en un ambiente de festiva mezcolanza que para sí lo quisieran organizadores de actos antirracistas.El motivo de la gran asamblea, entre la que se podía ver a Rosario, Tomatito y Sorderita, no era otro que asistir a la presentación informal del último disco del grupo, que parece haber alcanzado finalmente la popularidad.
Noventa minutos emplearon los Ketama y su numerosa, banda en desgranar 16 temas, a ocho por parte exactamente, y cuatro más de su nueva grabación, De akí a Ketama, pues repitieron tres canciones y añadieron una "totalmente inédita", según Antonio, dedicada a Joan Manuel Serrat. Con 40 grados de temperatura, a pleno sol al inicio del recital, todo fue como un ensayo para la noche.
Ketama
Carmona, voz; Juan Carmona y José Miguel Carmona, guitarras;,José María Cortina, teclados; Camilo Edwards, bajo; Pedro Barceló, batería; Luis Dulzaides, percusión- Paco Ibáñez, trompeta; Valentín ilvarez, saxo; Ove Larsson, trombón; Luis¡ Carmona, Maite Pizarro y José Antonio Carmona, coros. Auditorio delParque de Atracciones. 5.000 personas. 12 de julio, Madrid.
Los tres protagonistas del grupo se mostraron seductores, especialmente Antonio y José Miguel; el primero, con una voz más dulce y flexible que nunca y un desparpajo en el cuerpo que hacía gritar de emoción al exaltado corro femenino; el segundo, un verdadero maestro en punteos y falsetas ya a su corta edad.
Y Juan, El Camborio, controlando y poniendo ritmo al conjunto. Un conjunto ensamblado que calentó motores para la larga gira con la que pretenden, ahora, raptar a Europa.