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Los serbios hacen oídos sordos a las amenazas de bombardeos de la OTAN y siguen atacando Srebrenica

Las fuerzas serbobosnias hicieron ayer oídos ordos a la nueva tanda de amenazas verbales de la ONU. No sólo continuaron su ataque contra el enclave musulmán de srebrenica, sino que durante dos horas intercambiaron fuego con los cascos azules encargados de protegerlo. El secretario general de la organización, Butros Butros-Gali, reiteró ayer que pedirá la intervención de la Alianza Atlántica si los serbios asaltan la ciudad, donde se hacinan en condiciones críticas cerca de 45.000 refugiados de los pueblos vecinos, o atacan a los cascos azules. los serbios, que han invadido la zona bajo control de la ONU y capturado a 32 soldados holandeses, han prometido al mando militar de la onu su liberación inmediata.

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Butros-Gali recordó que el mandato que tenían las fuerzas de la ONU desplegadas en Bosnia era "progeger los enclaves", y añadió: "Estamos preparados, en caso de necesidad, para usar la fuerza aérea con la ayuda de la OTAN". Srebrenica, una de las seis zonas seguras designadas por el Consejo de Seguridad en Bosnia, estaba teóricamente a salvo de violentos bombardeos con armas pesadas como los sufridos ayer. Pero la misma designación no ha librado a Sarajevo de se guiir siendo objetivo de las armas pesadas serbias. La versión oficial de Pale es que han sido sus tropas las hostigadas por el Ejército gubernamental bosnio que defiende el enclave. Tras las ad vertencias de la ONU, los tan ques serbios sólo detuvieron su avance ante la presencia de tropas holandesas y un intercambio de fuego que duró dos horas, hasta que se puso el sol. La acción serbia supone uno de los más claros desafíos a la autoridad de la ONU."Sería un grave error si la OTAN nos ataca", ha dicho lacónicamente un portavoz militar en la capital de los serbobosnios. El concepto de zonas seguras (Srebrenica, Zepa, Gorazde, Sarajevo, Bihac y Tuzla) ha naufragado totalmente en Bosnia ante la impotencia de la ONU. Zepa, unos pocos kilómetros al sur de Srebrenica, estaba también ayer bajo el fuego serbio. Entre veinte y treinta granadas cayeron ayer sobre Zepa, algunas de ellas cerca de las posiciones de los cascos azules ucranios, varios de los cuales se han retirado.

"La política de zonas de seguridad amparadas por la ONU está siendo puesta a prueba, Srebrenica es uno de los pocos enclaves protegidos militarmente hasta cierto punto. Las fuerzas bosnias tienen allí poco armamento pesado", precisó Gary Coward, portavoz de la ONU en Sarajevo. El Consejo de Seguridad de la ONU, en un nuevo gesto en el aire, mostró ayer su preocupación por el sufrimiento de los civiles y por los ataques contra los cascos azules que "deben cesar de inmediato". Un diplomático acreditado ante la OTAN recordó ayer que la Alianza Atlántica, el más formidable aparato de guerra del mundo, "está siempre dispuesto" a intervenir en Bosnia, pero "todo depende de una decisión de la ONU".

El Gobierno de Sarajevo ha pedido reiteradamente la intervención inmediata de la aviación aliada para detener el asalto en marcha contra Srebrenica. En los combates de ayer, según la radio bosnia, han muerto siete civiles y resultado heridos otros 25. El primer ministro Haris Silajdzic habló con el secretario general de la OTAN, Willy Claes, para explicar que su ejército carece de armas pesadas en la zona. En una entrevista televisada, SiIajdzic solicitó el domingo el envío de brigadas internacionales a Bosnia "para luchar contra el fascismo, como sucedió en España en 1936".

Un portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dijo ayer en Pale que proyectiles serbios han alcanzado el hospital de Srebrenica. Versiones sin confirmar apuntan la cifra de diez muertos y muchos más heridos en este ataque. La situación humanitaria del enclave es crítica, según las organizaciones humanitarias, pese a que el 4 de julio pudo entrar un convoy de la ONU. Un miembro de Médicos sin Fronteras advirtió que el hospital de la ciudad bosnia está "completamente saturado".

"¿Qué podrían hacer los serbobosnios con 40.000 musulmanes?", se preguntaban ayer observadores de la ONU en Sarajevo al analizar la ofensiva serbobosnia contra Srebrenica, que calificaron de "falta de lógica". El comandante adjunto del Ejército serbio, el general Milan Gvero, ofreció una posible respuesta: "Los civiles que lo deseen pueden abandonar de forma organizada y segura esta localidad". Un nuevo episodio de limpieza étnica. La misión de sus tropas pretende, según Gvero, terminar la tarea que la ONU dejó incompleta: convertir a Srebrenica en una verdadera zona segura neutralizando "a los terroristas musulmanes".

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